Los presuntos cerebros de la millonaria estafa son los reclusos Adán Moisés Ortiz Chávez, exasistente fiscal recluido por tráfico de drogas, y el brasileño Charles Arthur David Martínez Camera. Ambos ocupaban una celda en el pabellón de admisión del penal de Misiones, que prácticamente convirtieron en una base de operaciones para efectuar estafas en todo el país, a través de las redes informáticas.
En tanto que los detenidos son Ignacio Arnildo Meza Céspedes, José Del Rosario Zacarías, ambos guardiacárceles, a más de Reinaldo Rafael Meza Rivarola y la licenciada en enfermería Juana Concepción Rivarola.
De acuerdo con el relato de los investigadores, los reclusos con ayuda de una computadora portátil con acceso a internet lograron contactarse con empleados de la empresa que manejan la base de datos de las bocas de cobranzas y los convencieron para darles un código de cobro. Prácticamente, ellos comenzaron a operar como un puesto de pago. Los reclusos cobraban montos entre uno y dos millones de guaraníes para hacer figurar como canceladas millonarias cuentas en cooperativas, casas comerciales dedicadas a la venta de electrodomésticos. Aparentemente, todas las transacciones fueron efectuadas a través de los guardiacárceles y las otras dos personas detenidas, dijeron.
