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Los cuatro agentes apresados son el oficial inspector Gerardo Milciades Duarte (37), destinado al Departamento de Antinarcóticos; el suboficial mayor Cristhian García Ruiz Díaz (39), quien presta servicios en la comisaría 20ª metropolitana; el suboficial 1º Pedro Rafael Henriquez Ríos (32), de Investigación de Delitos; y el suboficial 1º Miguel Colmán Mendoza (30), efectivo de la Agrupación Urbana y Turística.
Los uniformados están acusados del rapto y extorsión del boliviano Nicolás Salvatierra Aramayo (36), ocurrido la tarde de jueves en el barrio Santo Domingo de Capiatá.
La citada víctima se encontraba en compañía de su esposa Juliana Raquel Colmán Villalba (40) y a bordo de un automóvil BMW 525 D 2008 azul y chapa CCX394.
Conforme con los antecedentes, el extranjero fue sorprendido por cuatro hombres con armas de fuego en mano que iban en una camioneta azul, presumiblemente Toyota Runner, según la denuncia efectuada por la esposa de la víctima ante la comisaría 8ª Central y lo comunicado al fiscal de Capiatá Blas Imas.
El boliviano fue liberado por sus captores en Ypacaraí sin que se efectuara pago alguno y a partir de allí se inició un trabajo de inteligencia a cargo de los agentes de Investigación de Delitos de la Policía del Departamento Central, encabezados por tu titular, el comisario Germán Arévalo.
La aprehensión
Salvatierra acudió a la base policial de los investigadores, en San Lorenzo, en la noche del jueves y a partir de sus descripciones se elaboró los identikits de los sospechosos.
Tras los datos obtenidos, los investigadores iniciaron un trabajo de inteligencia que condujo a la individualización de los uniformados mencionados como los supuestos responsables del plagio.
Posteriormente se aprehendió a los sospechosos en diferentes operativos efectuados en horas de la tarde.
Los agentes supuestamente involucrados en el secuestro de Salvatierra fueron llevados hasta la base de la citada brigada policial, en San Lorenzo, y ahí puestos a disposición de la Fiscalía.
El comisario Arévalo señaló que los implicados están en servicio activo, pero aún queda por determinar quiénes se encontraban con turno libre y quiénes estaban con permiso.
Versiones investigativas señalan que los captores se equivocaron de objetivo, pero que igual sometieron a Salvatierra a duros apremios físicos durante su breve cautiverio.
También trascendió la información de que el boliviano tendría antecedentes por cuestiones relacionadas con el tráfico de drogas y eso hace suponer que pudo ser un “apriete” por dinero.