Los africanos detenidos fueron identificados como Samuel Nsoh Ashu y John Eyong, quienes estaban instalados en una hotel de la capital, que prácticamente utilizaban como una oficina para intentar embaucar a sus víctimas, informaron.
De acuerdo con los investigadores, ambos maleantes internacionales se contactaban a través de las redes sociales con los afectados. Los africanos aseguraban que tenían un millón de dólares, pero en billetes entintados o marcados, y a cambio de la mitad de esa suma pedían 150.000 dólares para comprar los químicos necesarios para limpiar el dinero. Cuando los incautos les entregaban el monto solicitado, ambos avivados cambiaban de hotel.
Los cameruneses también utilizaban el truco de la caja mágica para estafar. Supuestamente, poseían una caja en la que podían duplicar en 24 horas cualquier cantidad de dinero, gracias a la mezcla de algunos productos, hecho que en la práctica no ocurría. La captura de los sinvergüenzas fue gracias a la denuncia de los afectados.
