Unas 60 familias viven desde hace 20 años en el asentamiento Ko’ê Pyahu, lindante con la colonia La Yeya, en donde se produjo el secuestro de Franz Wiebe (17), en la tarde del 27 de julio pasado, por miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Por miedo a nuevos ataques del grupo armado, los colonos han reducido sus actividades laborales casi al mínimo y al mismo tiempo sus principales dirigentes analizan la posibilidad de cortar la ayuda que brindan a sus vecinos del asentamiento Ko’ê Pyahu, para la producción de granos a gran escala, señalaron.
“Estamos totalmente preocupados, sinceramente el Gobierno no nos ve y la única ayuda que recibimos es la de los menonitas. Solo ellos reparan los caminos y nos asisten para la siembra y la cosecha del maíz, que es lo que se produce en la zona”, aseguró Juan Manuel Gómez.
Pero la desesperación de los campesinos se basa en que por culpa de la inseguridad y los sucesivos secuestros, los menonitas definitivamente no puedan seguir trabajando, pues se convirtieron en el sostén económico y productivo del asentamiento.
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“Los colonos nos facilitan los trabajos con la mecanización, luego nos compran toda la producción, por eso nos reunimos esta mañana para expresar que los menonitas son nuestro soporte económico y si ellos abandonan la zona, la existencia de nuestra comunidad está en riesgo”, dijo Gómez.
Finalmente, Gómez emitió un mensaje en medio de llantos a los secuestradores. “Pedimos seguridad y justicia, ya no vivimos tranquilos por acá, pasaron muchas cosas, mataron policías, incendiaron patrulleras, se secuestraron a colonos, queremos paz, vean que gente pobre como yo le pedimos al EPP que dejen de perjudicar a menonitas, porque ellos son los únicos que nos brindan apoyo, ya que del Gobierno no recibimos nada. Este último secuestro toca nuestros corazones y si son de raza guaraní lo que se llevaron al joven Fran, les pedimos que lo liberen y dejen en paz a los menonitas, ellos son los únicos que nos ayudan”, manifestó Gómez.
Otro campesino identificado como Sebastián Benítez aseguró en el asentamiento falta asistencia médica, ni un botiquín hay para las 60 familias. Por ello exigieron al Estado una asistencia integral y no solo la presencia de militares y policías. Por su parte, el colono Franz Klassen reiteró que todo está en manos de Dios. “Estamos pidiendo por la liberación de los secuestrados”, recalcó Klassen.
