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La facción del temido cartel de Sinaloa instalada hace dos meses en Paraguay creó la firma “La Paraguayita Import & Export” y alquiló una residencia de dos pisos ubicada en la avenida Von Poleski, a una cuadra de la avenida Defensores del Chaco, en Villa Elisa, para camuflar envíos de grandes cargamentos de cocaína a países europeos, como Holanda, que era el destino de los 308 kilos de la droga incautados.
Al mismo tiempo, los mexicanos reclutaron a narcos locales para trasladar hasta Villa Elisa los cargamentos de cocaína colombiana. La droga era transportada en avionetas que aterrizaban en pistas clandestinas en la zona norte del país y desde allí llevada en vehículos hasta la base de operaciones.
En este sitio la cocaína debía ser ocultada entre mercaderías, productos agrícolas y hasta maquinarias para ser exportadas como producto paraguayo a su destino final.
Aparentemente, todos los envíos de la organización criminal iban a ser realizados en buques, por ello se instalaron en Villa Elisa, para utilizar los puertos privados de la capital y San Antonio.
De hecho, el jefe de la facción criminal que se instaló en Villa Elisa, Jimmy Wayne Galliel, se presentaba como propietario de una empresa denominada Octastar, con sede en la ciudad de Guadalajara, México.
Según los agentes de la Senad, este operaba bajo las órdenes del líder de la organización criminal, el famoso Joaquín “El Chapo” Guzmán, y su misión era abrir una nueva ruta desde el Paraguay para remesar cocaína colombiana, la mejor de la región, a Europa, Asia y parte de África.
Wayne vino acompañado de Armando Carrillo, Marcos Antonio Castro, Martín Manuel Huerta Flores y Ubaldo Alejandro López Galván.
Los tres primeros también fueron capturados durante el procedimiento efectuado por agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), con apoyo de la DEA.
En tanto que López Galván logró evadir a los uniformados y se encuentra prófugo, así como otro mexicano de nombre Reinaldo Miranda, a cuyo nombre se alquilaron la casa de Villa Elisa, los hoteles donde se hospedaban y el depósito en San Antonio o donde estaba guardada la maquinaria que iba a ser usada para enviar la droga.
En Paraguay contrataron a los taxistas Pablo Eliseo Núñez y Patricio Mario Fernández para servirles de guía y generar contacto con los organismos de seguridad.
Sin embargo, la banda fue desbaratada antes de realizar la primera remesa de los 308 kilos de cocaína a Holanda.