El jueves último, el Senado debía tratar el ascenso de la mayoría de los miembros de la actual cúpula policial. Sin embargo, llamativamente las carpetas de cuatro de los integrantes del comando institucional ni siquiera llegaron al Congreso, ya que aparentemente fueron escondidas por otros comisarios justamente para que no sean promocionados.
Los afectados directos fueron los comisarios generales inspectores Manuel Cristaldo Vargas, Tomás Cristaldo, Prudencio Burgos y Nilda Villalba, quienes debían ascender a comisario general director.
Cuando iba a comenzar el estudio de los ascensos, el senador colorado Carlos Núñez (quien es un comisario principal retirado) solicitó la postergación del análisis de las carpetas, ya que recién en ese momento se dio cuenta de que el expediente de su “ahijado” Manuel Cristaldo Vargas había sido “borrado” del grupo.
Ante esta situación, el senador colorado Juan Carlos Galaverna insistió en el estudio de las fojas de servicio de los otros comisarios, 30 de los cuales finalmente ascendieron, excepto el propio comandante, Luis Rojas, quien tenía que subir al rango de comisario general comandante. Núñez tuvo que adherirse entonces a la moción de Galaverna.
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La maniobra de un sector de la cúpula obedecería a que, en su momento, el senador Núñez prácticamente forzó el nombramiento de Cristaldo Vargas como comisario general, pese a sus oscuros antecedentes. El mérito de este comisario es formar parte del equipo político de Núñez en la cooperativa policial 8 de Marzo.
Increíblemente, esta disputa también afectó el ascenso del comandante Rojas, cuya carpeta tampoco fue estudiada, aunque ayer la institución aclaró que esto no afecta las funciones del jefe de la Policía, debido a que su cargo es de confianza del Poder Ejecutivo y puede seguir interinando el cargo. Los comisarios desafectados de la lista pueden tener otra oportunidad en el Senado.
