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Según los datos recogidos en el lugar, el golpe fue perpetrado por tres maleantes a cara descubierta, que
llegaron en un coche Toyota IST blanco, sin chapa.
La gavilla redujo a golpes y desarmó al único guardia de seguridad del establecimiento, quien fue tomado de rehén junto a los dos empleados que trabajaban en el lugar en ese momento.
El dinero estaba contenido en la caja, producto de la recaudación del fin de semana.
Antes de marcharse, destrozaron a golpes el sistema de circuito cerrado, dijeron las víctimas.