En menos de una semana, cuatro trabajadores y dos maleantes fallecieron, en tanto que dos otras dos personas, un policía y un estudiante universitario resultaron gravemente heridos en ataques perpetrados por los criminales denominados motochorros. Estos delincuentes atacan a toda hora en casi todas las ciudades comprendidas en el área metropolitana.
El accionar de estos criminales está directamente conectado con el consumo del crack, todos ellos son adictos a esta sustancia que es una de las más dañinas y adictivas. Cada dosis es comercializada a entre 10 y 15.000 guaraníes y su efecto solo dura unos 12 minutos, por lo que el consumidor se ve obligado a seguir consumiendo hasta caer agotado. En ese periodo el adicto se vuelve extremadamente peligroso ya que se ve obligado a conseguir a cualquier costo su dosis, y los asaltos callejeros es la forma más rápida de acceder a dinero en efectivo o a objetos como celulares y joyas que puedan canjear por la droga.
Lo más grave del caso es que el crack distorsiona la realidad de los adictos y los vuelve más nerviosos, por lo que estos criminales balean o acuchillan directamente a sus víctimas para despojarlos de sus pertenencias.
Fuentes de la Dirección General de Orden y Seguridad de la Policía confirmaron que ante la ola de crímenes se establecieron programas de trabajo para atacar directamente los focos de distribución de la droga, en los barrios marginales de la capital y los distintos asentamientos instalados en todo el departamento Central e interior del país.
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Por su parte la viceministra de Política Criminal, Cecilia Pérez, confirmó que el 90% de los adolescentes recluidos actualmente en el Correccional de Menores de Itauguá es por la posesión o consumo del crack. Mientras que el 85% de las mujeres presas en el Buen Pastor es por la distribución de drogas. Existieron casos en que toda una familia fue detenida por la venta de estupefacientes.