Dan 26 años de cárcel a uno de los motochorros que mató a joven madre

Un tribunal de sentencia condenó ayer a 26 años de cárcel a uno de los motochorros, Bartolomé Franco, que acabó con la vida de la joven madre Liz Teresita Arzamendia. Otro acusado, Alejandro González, fue sentenciado a 3 años de penitenciaría por vender uno de los celulares de la víctima.

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Por unanimidad los jueces Olga Ruiz, Víctor Medina y Elsa García aplicaron la pena de 26 años de cárcel a Franco como coautor del hecho junto con Rodrigo Maciel Samudio, que en ese entonces era menor de edad y actualmente es juzgado como tal.

Franco era el conductor de la motocicleta mientras que Maciel fue el que descendió de biciclo y aplicó estocadas con arma blanca a la víctima a la altura del tórax, para arrebatarle la cartera.

La fiscala Stella Mary Cano, en un extenso alegato final, ahondó sobre la participación de Franco en el hecho. Dijo que el asesinato no iba a llevarse a cabo sin su acción y que no era un simple cómplice de Maciel, sino coautor. La agente pidió 30 años de cárcel para el acusado, al igual que la querella adhesiva.

La defensa del motochorro solicitó una pena reducida de 8 años como cómplice de homicidio doloso, lo que fue descartado por el tribunal de sentencia.

La jueza Olga Ruiz indicó que las pruebas fueron contundentes y concluyeron que Franco conducía la motocicleta utilizada en el asalto el 17 de junio de 2014, cuando Liz Teresita, entonces funcionaria de Senacsa, estaba a 20 metros de llegar a su domicilio, ubicado en el barrio Vista Alegre de Asunción.

“La víctima fue herida con dos puñaladas a la altura del tórax, con orientación de abajo hacia arriba, lo que le provocó lesiones en órganos vitales”, indicó Ruiz. La mujer intentó llegar a su casa, pero se desplomó a pocos metros.

La joven madre de 31 años, que dejó huérfano a un niño de 6 años, sufrió la sustracción de su cartera donde tenía dos celulares que fueron rastreados por los investigadores. De esta forma se llegó a Alejandro González, acusado por reducción debido a que vendió uno de los celulares y dejó sus datos en una casa comercial.

El mismo indicó que había comprado el aparato por G. 50.000 y mandó al frente a Franco y Maciel, quienes fueron reconocidos por varios testigos. Para González la fiscalía pidió 2 años de cárcel, pero recibió 3 años.

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