“Entraron a mi casa con armas largas y pistolas. Le asustaron a mis nietos. Lo único que llegué a decir fue ‘¿Mba’e piko?’, y ya me encañonaron en la cabeza”, relató Cubilla.
Comentó que tiraron todos los muebles y desordenaron todo. Incluso llegaron a revisar “mi depósito donde tengo materiales para construcción”, dijo. Como no encontraron nada, salieron de la casa.
Al final, la fiscala Lorena Ledesma “me amenazó y me dijo ‘si no querés que te llevemos, firmá acá’. Por eso le firmé su acta de procedimiento”, declaró. “La casa a la que tenían que entrar está a ocho casas de la mía”, indicó.Ni en la comisaría ni en la Fiscalía de Luque le quisieron tomar la denuncia, recordó el abuelo. Finalmente, en la Fiscalía de Derechos Humanos le dijeron que el informante de la Senad ya murió y que por eso no se podía hacer más nada. El director de Comunicación Social de la Senad, Francisco Ayala, dijo ayer que van a revisar la situación, porque hay un registro de cada procedimiento antidrogas.