Pasado el mediodía de ayer, los suboficiales Julio Alegre y Cirilo Amarilla, del departamento de Informática de la Policía, y el gestor Carlos Franco fueron detenidos por orden de la fiscala María Luján Estigarribia, de Luque, quien estuvo acompañada por agentes de Delitos Económicos, tras concretarse la venta de siete pasaportes que iban a ser adulterados para ser vendidos a extranjeros.
Todo se inició hace más de tres meses cuando un ciudadano cubano fue detenido en el aeropuerto Silvio Petti- rossi con un pasaporte que tenía rasgos de haber sido adulterado.
Tras comprobarse el caso se inició una investigación que llevó a identificar a Carlos Franco, como el nexo con un grupo de policías para lograr realizar las adulteraciones.
El modus operandi era que los dos suboficiales de Informática tenían acceso a la carga de datos y recogían algunos pasaportes que fueron hechos, pero nunca retirados, para darles a Franco, quien a su vez llevaba a otras personas para despegar la fotografía original e insertar la del que requería el documento adulterado.
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Este pasaporte de contenido falso, era vendido a un valor aproximado de US$ 3.000 cada uno más o menos, según dijeron fuentes cercanas a la investigación.
Operativo encubierto
Los investigadores infiltraron a una persona para que contacte con Carlos Franco, a quien le pidió siete pasaportes para extranjeros.
El gestor realizó los trámites y ayer se comunicó con el potencial cliente, a quien le pidió una seña por el trabajo.
Se concretó la entrega del dinero y el gestos fue hasta el departamento de Informática para retirar los documentos que debían ser adulterados y una vez que pagó por ellos a los dos suboficiales los tres fueron detenidos.
Se recuperaron siete millones de guaraníes del poder de los policías, que fue lo que el gestor pagó. Se lacró todo y se labró acta del procedimiento.
Hoy la fiscala María Luján Estigarribia llamará a declarar a los tres detenidos, quienes serían imputados. En el caso de Carlos Franco, este ya había sido apresado en 2015 por casos de adulteración de cédulas de identidad.
La estructura delictiva, según dijeron los investigadores, podría ser mucho mayor y no se descarta que haya más agentes policiales implicados en estos hechos.
Esto se produce a una semana de haberse descubierto también en el departamento de Identificaciones, que al criminal más buscado de la Argentina y refugiado en Paraguay, Ibar Pérez Corradi, se le había otorgado una cédula paraguaya con datos de un joven fallecido hacía varios años.
Los compradores nunca llegaron al Paraguay
El subcomisario de Delitos Económicos de la Policía Diosnel Alarcón, quien encabezó el operativo, señaló que los pasaportes adulterados en su mayoría iban a parar en manos de extranjeros que nunca vinieron al Paraguay. Una vez que se cambiaba la fotografía original, el documento era enviado vía encomienda a los extranjeros.
El funcionario dijo que, a parte de estos tres detenidos, hay más implicados. Habló de equipos especiales con los que se hacía el reemplazo de la fotografía, ya que se tiene que calentar el plástico y hacer el cambio, luego se tiene que volver a planchar, y todo eso se hace con máquinas especiales que tienen que ser utilizadas por personas con conocimiento del manejo para no dañar el pasaporte.
