Los fallecidos son Víctor Manuel Favala (20), recluido por robo, y Juan Gabriel Vera Samaniego (23), encarcelado por hurto agravado. El primero de ellos sufrió tres impactos de bala, mientras que el segundo fue alcanzado por cuatro balines de escopeta. Igualmente, otros cinco reclusos individualizados como Diego Armando López Benítez (24), Daniel Tandé (26), Gustavo David Oviedo (23), Ángel Rubén Martínez (19) y Alberto Cristaldo Mieres (26) resultaron con lesiones que no revisten gravedad.
En tanto que los guardias Santiago Álvarez, Hugo Díaz, Lorenzo Vera, Juan Carlos Ramírez y Lorenzo Toledo también resultaron heridos durante el amotinamiento.
De acuerdo al director general de Establecimientos Penitenciarios y Centros Educativos, Artemio Vera, alrededor de las 22:30, los 347 internos del pabellón “A”, ubicado en el medio del reclusorio, comenzaron a amotinarse supuestamente por el excesivo calor, ya que se produjo un corte en el suministro de la energía eléctrica y los ventiladores no estaban funcionando.
Sin embargo, los insurrectos armados con estoques y garrotes actuaron coordinadamente, primero abrieron todas las celdas del pabellón, luego comenzaron a forzar todos los portones del corredor que conducía a la armería. Al principio, el director del penal, Cristhian Rolando González, y el personal de seguridad a su cargo intentaron contener a la turba con disparos de balines de goma. Sin embargo, los reclusos seguían avanzando, con la ayuda de algunas herramientas forzaron todos los portones que hallaron a su paso y a pedradas hacían retroceder a los guardias.
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La situación se volvió crítica cuando los sublevados llegaron a menos de 30 metros de la armería y el refuerzo de la Policía no llegaba, debido a que los agentes tardaron en movilizarse bajo la copiosa lluvia que caía a esa hora.
“Ante esta situación, los guardiacárceles no tuvieron otra alternativa que utilizar cartuchos de escopeta cargados con balines de plomo, ya que el objetivo de los internos era claro, tomar las armas y generar una fuga masiva” aseguró Vera.
Tras los primeros disparos, murieron Favala y Vera, mientras que los otros comenzaron a retroceder. Fue en ese momento en que llegaron al sitio un centenar de policías a bordo de 20 patrulleras, a los que luego se sumaron cinco pelotones de antimotines, quienes aseguraron el lugar y luego comenzaron a reducir a los presos amotinados.
Antes del amanecer, la situación fue controlada e inmediatamente los principales implicados en el alzamiento fueron separados del grupo. En total 117 internos del pabellón “A” fueron trasladados antes del mediodía a las cárceles de Coronel Oviedo, Misiones y San Pedro. En tanto que familiares de los internos se agolparon frente al portón del presidio, preocupados por la suerte de sus parientes.
Actualmente, la cárcel “Padre Juan Antonio de la Vega” tiene un alto nivel de hacinamiento ya que cuenta con una población de 800 internos pese a que fue construida para albergar a 540 reclusos, señalaron.
