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Según los jueces Rylsi Ortiz, Pedro Nazer y Victoria Ortiz, se corroboró que la mujer recibió de manera sistemática apremios físicos que le produjeron multitraumatismo, e incluso, el agresor le llegó a decir que iba a salir de la casa únicamente en un ataúd. De esta forma, el colegiado dio por probado los hechos alegados por la fiscala de Ñemby, Claudia Aguilera. Sin embargo, no se comprobó el hecho punible de abuso sexual en personas indefensas.
Para llegar a la sentencia, el tribunal tuvo en cuenta las testificales y documentales que se fueron produciendo durante el juicio, además de los informes médicos y psicológicos de la víctima.
Asimismo, el propio padre del agresor había denunciado la situación de su exnuera en noviembre de 2017. El padre de la mujer también relató que una denuncia suya posibilitó el rescate de su hija.
A su vez, en la casa del condenado fueron encontradas varias evidencias, entre ellas un mazo que tenía sangre humana y coincidía con las declaraciones de los agentes que observaron los rastros de sangre y las condiciones de la víctima.