Esclarecen crimen de un empresario

La muerte del empresario Diosnel Vera (44), ocurrida en su playa de venta de vehículos de Fernando de la Mora, fue ordenada presuntamente por un funcionario del BCP quien pretendía librarse de una deuda de G. 474 millones.

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Así dijeron ayer los policías del departamento de Investigación de Delitos, que capturaron a otros tres involucrados en el crimen.

Uno de los arrestados es el funcionario del Banco Central del Paraguay (BCP) y a la vez docente de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Eduardo Rojas, de 50 años.

También cayó la mujer de este último, la licenciada en Administración de Empresas Sonia Beatriz López Correa, de 48 años.

Igualmente, quedó bajo arresto el suboficial principal de Policía Pastor Silguero Añazco, de 42 años, personal de la Brigada Central y hermano del autor confeso de los disparos, el funcionario del Instituto de Previsión Social (IPS) Juan Silguero Añazco (39), quien ya había sido capturado el miércoles último.

La ejecución del empresario Milciades Diosnel Vera Romero, de 44 años, ocurrió el 16 de mayo pasado en su playa de venta de vehículos Neneco Automotores, en la Zona Sur de Fernando de la Mora.

Según la investigación policial, el crimen fue ordenado por el funcionario del BCP, quien tenía que devolverle al empresario, justo en esos días, la suma de G. 400 millones, para así poder recuperar un costoso terreno ubicado en San Lorenzo y que fue empeñado como garantía. Sin embargo, las negociaciones se complicaron cuando el empresario usurero le exigió al funcionario del BCP que le devolviera otros G. 74 millones adicionales.

Dicha cantidad había sido prestada por la mujer de Diosnel, Mariza Rivero Toffoletti, de 37 años, a la pareja del funcionario del BCP, la licenciada Sonia López.

Ambas parejas se conocían porque Mariza era la auxiliar de cátedra de Eduardo en la UNA.

Aparentemente, en un intento por librarse de su cuenta de G. 400 millones y de la de G. 74 millones de su pareja, el funcionario Eduardo Rojas contactó con el policía Silguero Añazco, a quien le ofreció 10.000 dólares por asesinar al usurero. El uniformado, a su vez, encomendó el “trabajo” a su hermano menor, quien incluso llegó a cobrar un adelanto de G. 3 millones para sus gastos de movilización.

Otro hermano policía de Silguero está en la mira.

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