Juicios orales, audiencias y la elaboración de resoluciones varias previstas para ayer fueron abruptamente interrumpidos en la mañana, cuando la estridente alarma sonó de manera incesante en el Palacio de Justicia.
Fue a raíz de una llamada recibida al Sistema 911, mediante la cual una voz masculina alertaba de la existencia de dos artefactos explosivos en el Palacio y precisaba que tenían media hora para evacuar el local.
Alertados de la situación por agentes de la Comisaría 1ª, personal de seguridad del Palacio de Justicia procedió a la evacuación del edificio.
Para el efecto, se utilizaron las escaleras de emergencia inclusive, a los efectos de una liberación más rápida del local.
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Algunas personas que se encontraban en pisos superiores se quejaron de la excesiva demora para poder abandonar el local por las escaleras y la falta de personal que indicara qué camino seguir en caso de emergencia.
Otra ciudadana expresó su preocupación por la situación de los más de cuarenta reclusos, pues fueron ubicados en la entrada del estacionamiento en espera del móvil que los llevara de regreso a la cárcel, mientras los demás ciudadanos recibían indicaciones de alejarse por lo menos a tres cuadras del local.
“A nosotros nos dicen para alejarnos tres cuadras, pero a ellos les tienen ahí. Qué pasará si ocurre una desgracia? ¿ellos sí pueden morir? ¿y los policías y los guardiacárceles que están con ellos?”, expresó la señora.
De hecho, la disposición para evacuar las tres cuadras alrededor del Palacio no se cumplió. La mayoría de los funcionarios se instaló en la Plaza de la Justicia ubicada frente mismo al edificio, para acompañar el resultado de la búsqueda.
Otros aprovecharon para comer en los numerosos locales gastronómicos que están en los alrededores del Palacio, que de pronto se vieron abarrotados de clientes.
Asimismo, la actividad transcurrió con normalidad en las escribanías, fotocopiadoras y demás oficinas ubicadas en las cercanías del Palacio de Justicia.
A las 12:30, el Cnel. Freide Amarilla informó que no se encontró bomba alguna y que todo no pasó de una “broma pesada”. Para entonces, ya faltaba poco para el cierre de la jornada laboral, que es hasta las 13:00.