Cantero imputó a Didier Marc André, belga de 52 años, dueño del avión que iba a transportar los 480 kilos de oro, por tentativa de contrabando; a Ricardo Castro, de 53 años, despachante, por tentativa de contrabando y producción de documento no auténtico; a Gregorio Daniel González, de 43 años, representante de la firma importadora y exportadora Cristal Esteño SA, y a José Salazar Tinajo, mexicano de 55 años, quien es el dueño de la carga. Estos dos últimos fueron imputados por tentativa de contrabando.
En el caso de Gregorio Daniel González, quien reside en Ciudad del Este y que registra nada menos que 13 antecedentes por estafa, lesión de confianza y violación del derecho de marca, entre otros hechos, está prófugo y con orden de captura.
El empresario mexicano estaría en Asunción refugiado en un hotel.
El fiscal señaló que con base en lo relatado por los pilotos Edward Knapp y George Taylor, el belga salió de Atlanta, Estados Unidos, en un avión particular e hizo escala en México, donde subió el empresario Salazar junto con dos guardaespaldas.
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Luego bajaron en Ecuador, donde reabastecieron la nave para finalmente llegar al aeropuerto Silvio Pettirossi.
Supuestamente, en Ciudad del Este adquirieron el oro, cuyo destino final iba a ser Hong Kong. Sin embargo, la carga fue incautada en el Silvio Pettirossi, cuando pretendían sacado del país.
La fiscalía no encontró en los dos pilotos la participación en este caso.
La confirmación de que los pedazos de bronce también contienen oro puro se produjo después de que técnicos del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) analizaran de nuevo los metales en el Depósito de Cargas Aéreas. El cargamento fue depositado ayer en horas de la tarde en la bóveda del Banco Central del Paraguay.
En este caso, el fiscal Emilio Fúster se inhibió luego de que se presentó un exfuncionario suyo, el abogado Luis Vergara, en representación del despachante aduanero. El agente había denunciado a Vergara por venta de una carpeta fiscal.