El tráfico internacional fue descubierto el viernes último, cuando los funcionarios de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) detectaron con un escáner que una encomienda importada por la empresa Frontliner contenía dos fusiles de guerra calibre 5.56 desarmados y que no fueron declarados.
La empresa de courrier responsable pertenece a Giuliano Pecci, hijo del ministro de Deportes, Víctor Pecci.
Llamativamente, los funcionarios de la Dinac no avisaron del hecho a la Policía ni mucho menos a la Fiscalía, sino que comunicaron del hallazgo solamente a la Dirección de Material Bélico (Dimabel) del Ejército, que a su vez incautó las piezas de las armas.
A raíz de la grave omisión, la fiscala de Luque, Mirtha Ortiz, intervino el domingo de mañana la oficina de la Dinac en el aeropuerto “Silvio Pettirossi”, donde los funcionarios admitieron que no habían comunicado el caso al Ministerio Público.
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Sin embargo, para sorpresa de la misma fiscala Ortiz, quien incluso ya estaba preparando imputaciones contra al menos una decena de funcionarios que habrían encubierto la operación clandestina, ayer la Dinac hizo aparecer, como por arte de magia, un documento que supuestamente “prueba” que comunicaron el hallazgo de las armas a la fiscala de la unidad especializada de Delitos Marcarios Carmen Gubetich de Cattoni.
Incluso, una cronología de los hechos, que elaboró la propia Dinac, asegura que “a las 16:30 del día viernes 16 de febrero se constituyeron en el depósito de Tickt las autoridades de Dimabel, en el mismo día se comunicó a la agente fiscal de Contrabando, Abog. Carmen Gubetich, en relación de un supuesto hecho de contrabando de arma”. La última parte del documento, incluso, señala que “Dinac denunció en la jurisdicción correspondiente el hecho”. (Ver facsímil)
La fiscala Gubetich, contrariamente a lo que alega la Dinac, confirmó ayer a ABC Color que fue informada del hecho recién ayer de mañana y contó que inmediatamente se constituyó en la sede de la Dimabel para incautar las armas.