“En otras oportunidades también arreglaron con sus víctimas, y lograron quedar en libertad. Por eso es que siguen en las calles delinquiendo de manera continua e impune”, dijo la fiscala Chaparro, al justificar su postura contraria al beneficio requerido por la defensa.
La acusación refiere que en la mañana del 2 de febrero pasado los ahora acusados irrumpieron armados y encapuchados en el local de la ganadera Río Lindo, ubicada en el barrio Mburucuyá. Tras reducir a un chofer, un veterinario y a tres empleadas administrativas, a los que amenazaron muerte, los asaltantes empezaron a revolver todo en busca de G. 700 millones que ellos creían que había en el local. Una funcionaria cuya presencia no fue advertida por los ladrones pidió ayuda al 911 y en cuestión de minutos la Policía rodeó el local y aprehendió a los asaltantes, previa persecución y balacera.