Aunque continuaban las pesquisas, ayer fuentes que atienden el caso informaron que se trataría de una autoeliminación. Dijeron que la trayectoria del primer disparo, que tuvo orificio de entrada en la boca, aparentemente no afectó zonas vitales, por lo que habría hecho una segunda detonación, en la sien, lado derecho.
La hija menor del hombre fue la primera en salir a la parte posterior de la casa al oír los disparos, encontrando a su padre en el sillón.
Salinas fue trasladado hasta el hospital regional de Encarnación, donde ya llegó sin signos de vida.
La esposa, Mirian Sosa (29), manifestó que su cón- yuge se estaba preparando para ir a la Municipalidad como hacía todos los días. Se despidió y salió hacia la parte trasera de la casa, donde se encontraba la camioneta que utilizaba. Agregó que instantes después escuchó los disparos y que al salir encontró a su marido con la cabeza ensangrentada y un arma de fuego en el piso, una pistola calibre 9 mm de procedencia argentina. Los policías intervinientes hallaron el cargador con nueve cartuchos sin percutir, una vainilla servida y una bala deformada.
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Entre varias hipótesis por la drástica determinación que habría tomado Salinas –que van desde cuantiosas deudas hasta desvío de fondos de la Municipalidad– se investiga si hubo alguna amenaza o problemas del intendente con alguna persona.