El primer cateo se llevó a cabo en la residencia de Bruno Enciso Ruiz Díaz, de 23 años, dotada hasta con un santuario en construcción, de donde la comitiva encabezada por el fiscal Vicente Rodríguez incautó la memoria del sistema de circuito cerrado, compuesto por al menos 10 cámaras.
Posteriormente, el mismo grupo allanó la casa del hermano de Bruno, el político liberal Ulise Enciso Ruiz Díaz, de 25 años, donde fue hallada una agenda particular con varias anotaciones que detallan, supuestamente, los montos pagados a la Policía y a otras autoridades.
Lo llamativo es que en la cabecera de una de las hojas aparece escrito “Yegro” y abajo una serie de montos presuntamente pagados a esta persona, que van desde G. 200.000 hasta G. 7.000.000.
Los policías intervinientes no se animaron a confirmar si se trataría del fiscal Julio César Yegros, quien justamente trabaja en el departamento de Canindeyú.
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El fiscal dijo anoche a ABC Cardinal que no se da por aludido y que sería una coincidencia. En otro de los apuntes, figura por ejemplo el dato del supuesto pago de G. 13.000.000 a la comisaría de Pindoty Porã y de G. 15.000.000 a la comisaría de Naranjito, comunidades consideradas áreas de tránsito permanente de los grandes cargamentos de marihuana, como el de 20 toneladas incautado el sábado último en Katueté.
Aquella requisa, practicada sobre la Ruta X, había derivado precisamente en el hallazgo también de una agenda con una lista de las coimas pagadas a casi toda la Policía de la región. Fue en un allanamiento a la casa del policía retirado Benicio Silva, el “fletero” que transportaba el megacargamento y que huyó tras una balacera.
En esa primera nómina aparecían a la cabeza, por ejemplo, las abreviaturas de los cargos de jefe de Policía, jefe de Orden y Seguridad y jefe de Investigación de Delitos. Estos tres cargos están ocupados actualmente por los comisarios principales Óscar Ruiz, Luciano Capdevila y Pedro Capdevila, respectivamente.
Posteriormente, fueron allanadas la casa de un tal Vidal Díaz y de Bernardo Encisco Díaz, este último el padre de Bruno y Ulise.
Igualmente, fue intervenida una estación de servicios del emblema Copeg, donde los camiones marihuaneros se surtían de combustible, según las anotaciones encontradas en el negocio. Justamente, uno de los clientes fieles de este surtidor era el policía prófugo Benicio Silva, aunque la familia Enciso también aparece en varias partes de la contabilidad de la gasolinera.
Lo llamativo de la intervención fue que en uno de los lugares los intervinientes encontraron escondida una camioneta que aún tenía restos de marihuana en su interior y que pertenecería a un tal Wilson González.
Como este no aparecía y el rodado tenía que ser abierto, los efectivos demoraron a un poblador local, Alcides Godoy, quien entregó la llave de la narcocamioneta.
Pero llamativamente, este último fue liberado casi inmediatamente después de que dijera ser el cuñado del gobernador de Canindeyú, el colorado Alfonso Noria, sindicado junto a la diputada Cristina Villalba como los padrinos de la red de narcopolíticos que mató al periodista de ABC Color Pablo Medina Velázquez.