Imputan al fiscal adjunto por acoso sexual y violación

La fiscala Teresa Sosa Laconich imputó anoche al fiscal adjunto Patricio Gaona Franco por supuesto acoso sexual y violación ocurridos en noviembre último y de los que fue víctima una estudiante de la carrera de Derecho en Quiindy, departamento de Paraguarí. El agente del Ministerio Público también recurría al chantaje al amenazarla con no hacerla pasar el semestre, se acusa.

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La denuncia bajo los mencionados cargos fue presentada el 13 de noviembre último por el abogado de la víctima, Roberto Velázquez.

La acusadora es una joven que cursa la carrera de Derecho en la ciudad de Quiindy, donde el fiscal adjunto Patricio Gaona Franco dicta cátedra en la asignatura Derecho Penal II.

Refiere el documento de imputación que en febrero del actual año la joven había salido de la Facultad de Derecho a las 18:00 y aguardaba la llegada de un ómnibus que la llevara hasta Carapeguá, cuando Gaona pasó frente a ella al mando de su camioneta, acompañado del auxiliar de su cátedra, identificado como Antonio Salinas.

Agrega que el fiscal adjunto se ofreció a acercarla a su domicilio, a lo que accedió. Pero durante el trayecto Gaona comenzó a comportarse lascivamente con ella y a manosearle las partes íntimas, denunció. La joven se asustó, le esquivó y se apegó a la puerta del vehículo, relató, según refiere la nota de denuncia.

Indicó que fueron en dirección a Carapeguá, hasta que el agente detuvo la marcha de su vehículo frente al taller de chipería “Kati”, distante a más de un kilómetro de la Facultad. Allí se bajó un rato el auxiliar Salinas a comprar café y chipas para los tres, y cuando ella quedó a solas con Gaona este le propuso que le hiciera sexo oral, indicó. 

La joven se resistió, pero el denunciado la tomó con mucha fuerza y la estiró hacia él obligándola a hacer lo que deseaba, mientras ella lloraba de impotencia, refiere la queja.

Tras conseguir su propósito, comenzó a extorsionarla y la amenazó con que perdería el semestre y hablaría con los otros profesores si no accedía a tener otro encuentro íntimo.

Seguidamente, prendió la luz alta como señal para indicarle a Salinas a que volviera al vehículo, indica el documento. Los encuentros volvieron a repetirse tanto en la camioneta como en el despacho del fiscal Gaona, quien recurría al chantaje cada vez que quería estar con ella, advirtiéndola de que si no accedía iba a hablar con los profesores de las otras materias que cursaba para que la reprobaran. Con el transcurrir de los meses, la estudiante se hartó y, tras hablar con un abogado, decidió denunciar el caso, dijo.

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