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El enorme alijo de droga procedente de Paraguay era transportado a bordo de tres camionetas, cuyos conductores fueron sorprendidos por un improvisado control rutero efectuado por los uniformados.
Según el relato de los intervinientes, los vehículos cargados con droga viajaban en caravana y cuando los conductores visualizaron el puesto de control frenaron bruscamente y salieron del pavimento, atropellaron un alambrado y se internaron en una zona boscosa, donde abandonaron los vehículos y escaparon a pie. De acuerdo a los intervinientes, el destino de la droga sería los mercados de consumo de São Paulo y Río de Janeiro.