Los detenidos son Jorgelino Portillo Rodríguez y Julián Delmontes Piris. Ambos serían pistoleros al servicio de Diego Zacarías Alderete, quien permanece prófugo de la justicia brasileña.
Igualmente se incautaron tres pistolas, una escopeta, a más de una camioneta y dos motos, durante los allanamientos de las seis propiedades del clan Alderete, ubicadas en el casco urbano de la ciudad de Ypejhú. Ambos detenidos serán procesados por la ley de armas, adelantó el fiscal Jorge Romero.
En la mañana de ayer miembros de la Policía Federal del Brasil se sumaron a las investigaciones.
De acuerdo a los agentes, Diego Zacarías Alderete, quien surge como el líder de un clan familiar, es el mayor traficante de marihuana en la región.
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Quedó con ese “estatus” tras la captura del exintendente de la ciudad Vilmar “Neneco” Acosta, actualmente condenado a 39 años de prisión por el asesinato del periodista Pablo Medina y su acompañante Antonia Almada.
Pese a que Alderete contaba con orden de captura internacional, operaba con total impunidad y era propietario de gran parte de la pequeña localidad de Ypejhú, distante a 340 kilómetros al noreste de Asunción, en el departamento de Canindeyú.
El ataque
Unos 30 sicarios brasileños a bordo de camionetas irrumpieron en la madrugada del miércoles en aquella ciudad. Los delincuentes vestían uniforme camuflados y portaban fusiles de ataque.
Un grupo se dirigió hasta la comisaría ubicada en el barrio Virgen del Rosario y acorralaron a los uniformados que a esa hora descansaban en el lugar, mientras que los demás fueron hasta la mansión de los Zacarías Alderete, distante a pocos metros del lugar.
Una vez que llegaron a la mansión los delincuentes sacaron a las tres personas que estaban en la casa, quienes fueron llevadas hasta una plaza frente a la residencia y a pasos del juzgado de Paz local. Allí fueron interrogadas sobre la ubicación de Diego Zacarías Alderete y al no obtener respuesta comenzaron a atacar la casa con bombas, granadas de mano, dinamita en gel y ráfagas de fusiles.
La arremetida duró casi una hora y en la huida hacia territorio brasileño los atacantes también quemaron 13 vehículos que estaban en una playa de ventas, también de la familia.
El brutal ataque se dio en el marco de una prolongada guerra que mantienen el clan Alderete con otra facción criminal del Brasil, que estaba linderada por Luis Carlos Gregól, alias Tata. La muerte de este último fue ordenada un mes atrás por Diego Alderete, en represalia por el asesinato de su hermano Arnaldo Andrés Alderete Peralta y cuatro capangas. Este hecho ocurrió en el 2015 y la autoría moral se atribuyó a Tata.
