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El maleante cumple desde hace nueve años varias sentencias por asalto y otros delitos, aunque dentro de la cárcel se especializó en extorsiones telefónicas.
En sus dos últimos golpes, recaudó más de G. 50 millones tras extorsionar por teléfono a un ganadero del Chaco y a un comerciante de Pedro Juan Caballero, quienes fueron amenazados y tuvieron que girar los millonarios montos.
Juan José Gill se hacía pasar por el comandante de la Policía, Luis Rojas, y por otros uniformados para exigir el dinero.
La fiscala Katia Uemura confirmó que el propio convicto se declaró como el mayor estafador del país. El caso fue investigado por policías de Antisecuestro.