Liberan a comerciante tras el pago de G. 250 millones

Un hacendado y comerciante, afincado en la colonia Cadete Boquerón de Capitán Bado, fue secuestrado ayer de mañana por un grupo comando que lo liberó tras el pago de G. 250.000.000. Los responsables del hecho, seis en total, utilizaron armas cortas y se movilizaron a pie. Sospechan que se trató de una venganza de un antiguo empleado que fue despedido recientemente.

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CAPITÁN BADO (Cándido Figueredo, de nuestra redacción regional). La supuesta víctima del secuestro exprés fue Vidal Alvarenga, quien sería el propietario de un establecimiento ganadero y un almacén de ramos generales en la pujante colonia Cadete Boquerón, ubicada unos 45 kilómetros al sur de la ciudad de Capitán Bado, departamento de Amambay.

De acuerdo con los agentes, Alvarenga pasó la noche del martes en una casa que tiene en la ciudad de Capitán Bado y, a tempranas horas de la mañana, se dirigió a la zona de Cadete Boquerón, para abrir su establecimiento comercial. Sin embargo, faltando unos pocos kilómetros para llegar a su destino, en medio de una maizal, seis hombres, todos ellos con ropas de trabajo, aprovecharon que la víctima redujo al mínimo la velocidad al cruzar un deteriorado tramo del camino para acorralarlo y bajarlo de su camioneta a punta de arma.

Según la denuncia presentada en el Ministerio Público, solo uno de los criminales tenía la cara tapada con un trozo de tela y portaba una escopeta calibre 12. Los demás estaban a cara descubierta y portaban armas cortas (revólveres).

El comerciante fue llevado a pie hasta una zona boscosa, donde los maleantes se comunicaron con sus familiares a través de su teléfono celular, ya que ninguno de los secuestradores portaba teléfonos, explicaron los uniformados.

Supuestamente, los delincuentes al principio exigieron la suma de G. 500.000.000, pero con el correr de las horas y las negociaciones fueron bajando de monto, hasta que finalmente pactaron en la mitad de la suma inicialmente solicitada.

Presumiblemente, la propia esposa de Alvarenga se encargó de entregar el dinero, tras lo cual los secuestradores cumplieron con el trato, dijo el jefe de Policía de Amambay, comisario principal Walter Gómez.

Los uniformados barajan varias hipótesis sobre el móvil del plagio, pero la que cobró más fuerza fue que sería una venganza de un empleado que fue despedido en las últimas semanas. 

Supuestamente, por ello tenía la cara cubierta, ya que podía ser identificado por el comerciante, dijeron.

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