Los familiares del policía asesinado reclaman mayor interés de la cúpula

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Los familiares del policía Agustín Duarte Morínigo, de 34 años, asesinado de tres balazos el lunes de tarde en Arroyos y Esteros, reclamaron ayer una mayor atención de parte de la cúpula de la institución, ya que ni siquiera el jefe del agente fallecido se presentó para asistir a la viuda e hijos. Además, por una supuesta desidia de una jueza, el cuerpo del uniformado estuvo casi 24 horas en la Morgue Judicial de Asunción.

El crimen ocurrió el lunes a las 17:55, cuando el suboficial primero Agustín Duarte Morínigo, de la comisaría 3ª de Arroyos y Esteros, salió a perseguir en su motopatrulla a dos hombres que atropellaron con otro biciclo una barrera instalada en el kilómetro 72 de la Ruta 3, cerca del puesto de báscula del MOPC.

Los dos sospechosos, al ser perseguidos, atacaron con un arma de fuego al uniformado, quien fue derribado con tres balazos y cayó muerto.

Las imágenes de una cámara de seguridad revelaron que los asesinos se movilizaban aparentemente en una moto Kenton GTR negra, sin chapa, y que ambos llevaban mochilas y no usaban cascos, aunque el tirador, quien iba como acompañante del chofer, usaba un quepis negro.

El policía asesinado deja una esposa y una hija de tres años, aunque también tiene otros dos hijos de relaciones anteriores.

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El suboficial vivía en Arroyos y Esteros, pero sus restos serán sepultados hoy en Santa Rosa del Aguaray, donde viven sus padres. Agustín Duarte Morínigo tiene además otros cuatro hermanos policías.

Indiferencia

Una de las cuñadas del agente ultimado, Amalia Benítez, se quejó ayer de la indiferencia de las autoridades policiales y judiciales, que permitieron que el cuerpo permaneciera en la Morgue Judicial de Asunción por casi 24 horas.

En una entrevista para radio ABC Cardinal 730 AM, la mujer dijo, por ejemplo, que el jefe de su cuñado, el comisario principal Juan Escurra Monzón, ni siquiera se presentó para acompañar a los familiares.

Escurra es el mismo uniformado que había sido procesado entre 2010 y 2011 por conducir un auto robado en Brasil, cuando se desempeñaba supuestamente como guardaespaldas de la empresaria Maris Llorens.

Por otro lado, los restos del policía fueron retirados de Asunción recién ayer por la tarde, 24 horas después del asesinato, debido a la demora excesiva de la jueza de Caacupé, Blanca Ávalos, quien tenía que autorizar la entrega del cuerpo.

Los parientes del agente fallecido insistieron en que la cúpula policial prácticamente no demostró interés en asistir a los afectados.

Asimismo, exigieron una investigación exhaustiva hasta dar con los dos asesinos del suboficial Duarte.