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LUQUE (Arnaldo Espínola, corresponsal).- Portando globos blancos, cintas de color negro y fotografías de María Verónica Antonella Gariazu Escobar, un importante grupo de personas realizó anoche una marcha encabezada por la batucada de hincha organizada del Club Sportivo Luqueño.
Los manifestantes salieron del patio de la iglesia Virgen del Rosario con dirección a la comisaría 3ª local, y luego con destino final a la plaza “Rosa Morel” de Cuarto Barrio Luque, donde se llevó a cabo la concentración principal frente a la casa de los padres de la funcionaria asesinada.
Poco antes de iniciarse la movilización, la madre de la joven, Teresa Escobar, cuestionó severamente la actuación de la fiscala Zully Figueredo, a quien acusó de no avanzar en la investigación puesto que aún no realizó allanamientos y tampoco se ha arrestado a ninguna persona sospechosa.
Luego, en la primera parada frente a la comisaría local, en forma unánime los dolidos manifestantes pidieron celeridad en la investigación al comisario Carlos Cáceres.
El jefe policial, por su parte, explicó a los presentes que se está poniendo el máximo empeño para esclarecer el crimen. “Contamos con muy buenas pistas, que por razones de procedimientos no podemos dar a publicidad, pero tengan la certeza de que el caso será dilucidado en el menor tiempo posible”, indicó Cáceres.
Los familiares también cuestionaron y catalogaron de sospechosa la actuación del perito de la Policía Juan Medina, por manipular evidencias sin autorización de la fiscala Figueredo. Al respecto, José Nacimiento Pecci, padrastro de Verónica, señaló que “pudo ser por orden superior”.
En la mañana del sábado último fue encontrado el cuerpo de la funcionaria judicial María Verónica Gariazu dentro del automóvil Nissan Sunny, chapa BLP 826, propiedad de su actual pareja Diego Coronel. El rodado estaba en el límite entre las compañías Maramburé y Yuquyty de Luque.
La víctima, cuyo cuerpo estaba acostado en el asiento del conductor, acusó tres impactos de bala, uno en la cabeza, otro en el cuello y el tercero en el tórax, según los datos. De acuerdo a los investigadores, el arma utilizada es de calibre 32.
Gariazu Escobar trabajaba a la mañana en el Poder Judicial de Luque y a la tarde en un estudio jurídico de Rodrigo Blanco, hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco.