Matan a una abuela y queman cuerpo

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Un herrero con antecedente por tenencia de drogas fue detenido bajo sospechas de haber matado a golpes a su abuela y luego quemar el cuerpo en el patio de su casa en el barrio Coca Cola de Ñemby. La pareja del maleante aparece como la principal testigo del Ministerio Público.

Se trata de Pablo Eusebio Aguayo Franco (22), herrero de profesión y con aparentes trastornos mentales, quien vivía junto con su pareja Mirian Gabriela Franco Sosa (25), en la casa de su abuela Emilia Filippi viuda de Franco (85), según confirmaron agentes de la división Homicidios del departamento de Investigación de Delitos.

El domingo 14 de agosto último, Emilia Filippi desapareció misteriosamente después de asistir a la misa mañanera. Pese a todas las averiguaciones efectuadas por los vecinos, nadie, ni siquiera su nieto aportaron datos sobre el paradero de la anciana. Los allegados promovieron campañas solidarias y hasta repartieron afiches con la fotografía de la mujer y números de celulares a los que se podía llamar para aportar informaciones que ayudaran a ubicar a la mujer.

Tras la denuncia en la comisaría jurisdiccional, las autoridades allanaron la residencia de la víctima, donde hallaron restos de perros que fueron muertos a puñaladas.

Sin embargo, Pablo aseguraba que no sabía nada sobre el paradero de su abuela, hasta que una semana atrás agentes de la división Homicidios de Investigaciones tomaron el caso y centraron todas las averiguaciones sobre el nieto, quien se ponía extremadamente nervioso en cada interrogatorio, al punto de caer en reiteradas contradicciones al dar su versión sobre el caso investigado.

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Ante este situación, los agentes también arrestaron a la pareja del sospechoso, quien aparentemente terminó confesando lo ocurrido.

La mató porque lo retó

Supuestamente, en la mañana del domingo 14 de agosto, cuando la mujer regreso a la casa tras la misa encontró a su nieto todavía en la cama por lo que lo reprendió. Esto aparentemente enfureció al joven, quien primeramente la estranguló y luego la remató con golpes en la cabeza con un mazo de madera “avatisoka”. Después envolvió el cuerpo con sabana y lo trasladó hasta una casa abandonada, ubicada en el fondo del patio, donde lo quemó con alcohol y cubiertas.

Tras estas declaraciones allanaron nuevamente la propiedad y con ayuda de un antropólogo lograron rescatar algunos restos óseos de la víctima, por lo que ayer fue detenido el sospechoso y su pareja quedó como testigo.