Militar desertor mata a un camarada y balea a otros dos en estancia norteña

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Un militar que estuvo preso dos meses por desertor y que después de eso fue forzado a reincorporarse mató a un camarada e hirió a otros dos, ayer en una estancia de Concepción, en un aparente brote psicótico. El uniformado disparó al menos 150 tiros.

ARROYITO, Dpto. de Concepción (Aldo Rojas Cardozo, corresponsal). El tiroteo se desató ayer aproximadamente a las 03:00 en una casa del casco central de la estancia Agüerito, a 25 kilómetros del tramo de la Ruta 5, en la zona del kilómetro 85, donde se inicia la Calle 22.

El establecimiento tiene guardia militar permanente debido a que se encuentra en un área de acción del grupo criminal EPP, que de hecho ya atacó un par de veces la finca. Además, un sector boscoso de la estancia sirvió años atrás como lugar de entrenamiento de los actuales integrantes del brazo armado de la banda terrorista.

Supuesto avistamiento

El autor del ataque, sargento primero de Transporte Francisco Rojas Barrios, de 25 años, oriundo de Coronel Oviedo, contó a la fiscala Liz Noemí Argüello que supuestamente durante su turno de guardia vio a tres personas que se acercaban hacia su posición y que por ello abrió fuego con un fusil calibre 5.56. El militar afirmó que los sospechosos respondieron al fuego.

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Francisco Rojas Barrios prácticamente vació cinco cargadores que contienen 35 proyectiles cada uno, es decir, disparó más de 150 tiros. La mayoría de los balazos fueron dirigidos hacia la caseta donde descansaban los otros seis integrantes del contingente militar.

Uno de estos, el sargento primero de Infantería Aníbal Flores Ramírez, de 29 años y oriundo de Mariscal Estigarribia, Chaco, falleció al ser traspasado por dos proyectiles mientras estaba acostado.

El forense del Ministerio Público, Cristhian Ferreira Cabañas, dijo que no fue una muerte instantánea, pero que el militar tal vez tampoco iba a tener muchas posibilidades de salvarse debido a que estaba en un lugar de difícil acceso para el auxilio.

Asimismo, otros dos efectivos castrenses terminaron heridos, pero están fuera de peligro. Ellos son el vicesargento primero de Infantería Pablo Damián Díaz, de 23 años y nacido en Yaguarón, y el vicesargento primero de Servicio Geográfico Josué Barrios Morel, de 22 años y domiciliado en Santaní.

Estaba tomando caña 

La fiscala Liz Noemí Argüello reveló que en la escena del crimen fue encontrada una botella de caña, que el militar responsable del tiroteo habría vaciado durante su turno de guardia.

De hecho, el uniformado fue sometido al alcotest, que salió positivo, con una graduación de 0,556 mg/l. El militar quedó detenido y hoy sería imputado.

Los heridos fueron llevados al Regimiento de Infantería Nº 10 “Sauce” de la ciudad de Concepción y el cuerpo del fallecido trasladado en horas de la tarde a su pueblo natal en el Chaco.

Grave omisión

El brote psicótico que habría desencadenado el inexplicable ataque a tiros que perpetró el sargento primero Francisco Rojas Barrios tiene su base en una serie de episodios de marcado desorden mental y emocional que padecía el joven militar, pero que nunca fueron atendidos por la cúpula castrense.

Según se supo, el citado efectivo ya había desertado a inicios de este año, cansado del ritmo militar y aquejado de varios problemas personales.

Antes que ayudarlo, sus superiores fueron a buscarlo y lo metieron preso por dos meses en la cárcel militar de Viñas Cue, donde estuvo recluido durante los meses de abril y mayo pasados.

Posteriormente, Francisco Rojas Barrios fue obligado a reincorporarse al servicio activo y enviado a Misiones, donde tampoco demostró una actitud diferente.

Finalmente, la cúpula castrense le impuso uno de los peores castigos para los “indisciplinados”, que consiste en un traslado a la zona norte del país, específicamente a cargo de la Cuarta División de Infantería de Concepción y recientemente ubicado como personal de seguridad de la estancia Agüerito.

Tanto el autor del hecho como sus camaradas fallecido y sobrevivientes no pertenecen a la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), es decir, no están directamente involucrados en la lucha contra el EPP.