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SAN JUAN BAUTISTA, Misiones. (Rafael Montiel, corresponsal). Poco después de la 7:30, en el momento en que se servía el desayuno, unos quince reclusos, todos ellos considerados de la peor calaña y armados con machetillos iniciaron la gresca.
Aparentemente, el objetivo era eliminar a uno de los internados identificado como Pablo Ferreira, quien se había autoproclamado jefe del pabellón y constantemente perpetraba hechos de robos y rapiña en las celdas de sus compañeros, apoyado por otros cinco internos que le servían de guardaespaldas o “pistoleros”, como se los denomina.
En la primera escaramuza, cuatro reos cayeron en el piso al ser alcanzados por machetes y estoques, esto hizo retroceder a unos cuantos, lo que generó una tregua de segundos y que permitió la reacción de los guardias.
Sin embargo, el número de custodios no fue suficiente para contener a los internos y se produjo un segundos encontronazo, que obligó a las autoridades del correccional a pedir la intervención policial.
Inmediatamente, un pelotón de uniformados irrumpió en el sitio y dispersó a la turba con gas lacrimógeno, disparos con balas de goma y golpes con cachiporras.
Al término de la refriega, los ocho internos que resultaron heridos fueron derivados al centro asistencial de la ciudad, donde quedó internado uno de ellos, ya que el resto solo presentaba heridas superficiales y fueron dados de alta, dijeron.
El director del reclusorio, Ulises Martínez, informó que actualmente el penal cuenta con 872 reos y su capacidad máxima es 1.000.
Sin embargo, actualmente esta cárcel alberga a los peores delincuentes de todo el país. “Todos los presos con problemas de conducta, líderes de intentos de amotinamientos y fugas fueron remitidos a la cárcel de Misiones”, aseguró el director Ulises Martínez.