Diego Hirán Aquino Ojeda, según la Policía, registraba 18 antecedentes penales hasta antes de su última captura, materializada el lunes último en un allanamiento practicado en Ñemby por policías de la división de Investigación de Delitos del departamento Central, también conocida como Brigada Central.
Los agentes, irónicamente, bautizaron al sospechoso como “el príncipe de los tortoleros”, ya que surgió de la misma banda dirigida por el famoso delincuente Juan Pablo Guapi Benítez, alias “rey de los tortoleros”, actualmente encerrado en Tacumbú.
El “príncipe de los tortoleros” fue localizado por los efectivos después del seguimiento de varias denuncias de atracos a vehículos estacionados, delito conocido comúnmente como “tortoleada”, la mayoría de ellos entre San Lorenzo, Capiatá y Ñemby.
“Me gustan mucho las carteras de mujeres”
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Ni bien cerraron la investigación, los policías allanaron la casa de Diego Hirán, en Ñemby, donde hallaron por lo menos 200 carteras de mujeres, obviamente producto de los robos, así como decenas de mochilas, numerosas joyas y prendas, como un juego de camisetas del club 12 de Octubre de Itauguá, también sustraídas, y centenares de documentos, entre otras cosas.
El comisario Rubén Paredes, quien encabezó el procedimiento, recordó que el fiscal de Capiatá, Blas Imas, fue uno de los más sorprendidos al encontrar tantas evidencias de robos.
“Me gustan mucho las carteras de mujeres”, fue la respuesta que le dio el “tortolero” al fiscal Imas al justificar el hallazgo, según comentó el comisario Paredes.
El malviviente aún conservaba intactas varias cosas que robó en atracos que datan de hasta más de un año, como una gran cantidad de documentos del aduanero Adrián Silguero Ríos.
Otro caso grave fue el del robo de un aparato ecógrafo y todos sus accesorios, valuados en más de 15.000 dólares, llevados tras un atraco al vehículo del doctor Osvaldo Segovia, registrado el 16 de febrero último, cerca de la clínica privada donde trabaja, en San Lorenzo.
¿Obsesionado con policías?
Otro elemento que llamó la atención de la comitiva fue el hallazgo de varias pertenencias de agentes policiales víctimas del “tortolero”, lo que incluso condujo a pensar que Diego Hirán pareciera estar obsesionado con el robo a uniformados.
Por ejemplo, en la casa fue recuperada una placa codificada de la Policía, sustraída recientemente en un ataque a un vehículo particular en el que se movilizaban el oficial José Martínez y los suboficiales Andrés Noguera y Édgar Rodríguez, todos pertenecientes justamente de la misma unidad que llevó a cabo la intervención. El coche estaba estacionado en el estacionamiento del supermercado Real de Capiatá.
Igualmente, se encontraron la cartera y el perfume de la oficial Fátima González, del departamento de Investigación de Delitos, cuyo rodado fue igualmente atacado hace menos de un mes en la zona del cementerio de Fernando de la Mora, mientras la uniformada participaba del sepelio de un camarada.
Sin embargo, los investigadores ya no pudieron recuperar las pistolas robadas a los agentes de la Brigada Central ni a la oficial de Investigación de Delitos, así como tampoco encontraron el arma de otra oficial de Policía igualmente víctima hace una semana de otro golpe atribuido a Diego Hirán Aquino Ojeda, ocurrido en San Lorenzo.
Un reducidor en la mira
Con relación a las armas robadas por Diego Hirán a los policías citados, el “tortolero” confesó que entregó las pistolas a un vendedor de la playa de venta de vehículos “Santa Fe”, situada en la zona de la avenida Mariscal López e Ingavi de Fernando de la Mora.
El supuesto reducidor, a quien el mismo marginal identificó con el nombre de Marcos, sería capturado en las próximas horas, debido a que el “tortolero” reconoció que le vendía casi todos los objetos de valor que robaba, señaló el comisario Paredes.
“Rigurosas” medidas
El “tortolero” Diego Hirán Aquino Ojeda, según la Brigada Central, tiene al menos una docena de antecedentes que habían sido cargados en el anterior sistema informático de la Policía y que, por ende, ahora ya no figuran como tales.
Sin embargo, en la nueva base de datos, el delincuente ya tiene otros 10 procesos, casi todos por robo a vehículos.
Increíblemente, el ladrón confeso casi nunca pasó encerrado mucho tiempo, debido a la permisividad del sistema judicial y a la condescendencia de los jueces que le tocaban, como la magistrada Isabel Bracho, que en su última causa le concedió medidas sustitutivas a la prisión, consistentes simplemente en la prohibición de salida del país y en la prohibición de portar armas.
Esta vez, la jueza de Lambaré, Ana Esquivel, recientemente nombrada en el cargo, también le aplicó nuevas medidas alternativas a la prisión preventiva, aunque la más “rigurosa” tiene que ver con el arresto domiciliario que supuestamente debe cumplir Diego Hirán Aquino Ojeda en su casa de la calle Pío X casi San Roque González del barrio Coca Cola de Ñemby, bajo control aleatorio de la Policía Nacional.
