Piden prisión para la gavilla policial que atacó una estancia de Capiibary

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El fiscal Rusbell Benítez pidió prisión preventiva para los seis policías y otro agente dado de baja que el 14 de marzo pasado atacaron una estancia de Capiibary. El líder de la gavilla ya protagonizó otras dos extorsiones anteriormente, pero aparentemente es un protegido de la cúpula.

El fiscal Rusbell Benítez, de la ciudad sampedrana de Capiibary, declaró ayer a ABC Color que la medida de prisión preventiva solicitada debe ser resuelta por la jueza de San Estanislao, Rosa Talavera.

Los uniformados, que ya están imputados por coacción grave y privación de libertad, son el oficial segundo Ever Eladio Sosa Espínola (de 26 años), el suboficial principal Pablo Cabrera Escobar (42) y el suboficial mayor Ángel Esteban Centurión Amarilla (40). También figuran el suboficial inspector Cirilo González Giménez (38), el suboficial inspector José Magno Torres González (36) y el suboficial inspector Víctor Daniel Dávalos Peralta (34), así como el ex suboficial ayudante Julio César Arzamendia González (29), dado de baja en el año 2012.

La extorsión

Los delitos imputados a la gavilla policial ocurrieron en la estancia “Caraguatá” del asentamiento Ára Pyahu de Capiibary. El ataque se inició justo después de que aterrizara en la pista de la hacienda una avioneta pilotada por Javier Casali, hijo del propietario del establecimiento, el ganadero Luis Alberto Casali.

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Aparentemente, los uniformados manejaban la información de que en el lugar había una carga de droga y querían cobrar a los dueños para hacer la “vista gorda”. Sin embargo, luego de varias horas de mantener de rehenes a las personas, se retiraron sin siquiera querer identificarse.

Recién luego de la intervención del Ministerio Público se lograron la identificación de los responsables y su procesamiento, ya que hasta ahora la cúpula policial, encabezada por el comandante Luis Rojas, no demostró una actitud firme para esclarecer el grave suceso.

Lo más grave de todo es que este es el tercer procesamiento del líder de la gavilla policial, el suboficial Cirilo González, quien en 2009 ya había sido destituido y sumariado por exigir supuestamente 50.000 dólares para no allanar una residencia en la ciudad de Antequera, donde junto con sus camaradas de Investigación de Delitos de San Pedro dijeron que se ocultaba el capo de las drogas, Luis Carlos Da Rocha, alias “Cabeza Grande”.

Asimismo, en 2014, el mismo suboficial Cirilo González encabezó el grupo de cuatro agentes de Investigación de Delitos de San Pedro que fueron capturados por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) in fraganti, en Tacuatí, cuando extorsionaban a un grupo de menonitas en un campo se cosecha.

Ese caso quedó en el oparei debido a que las víctimas se desdijeron, aparentemente tras recibir amenazas.