Los labriegos habrían ocasionado el siniestro con el fin de unir el área con otro sector recientemente ocupado por el mismo grupo que está en el “asentamiento 6 de Enero”, en donde se había iniciado la catástrofe natural bajo las narices de las autoridades, por lo que piden la actuación de las autoridades competentes como la fiscalía de Caaguazú y Canindeyú.
Esta situación se dio luego de que una comitiva fiscal, a cargo del agente contra delitos ambientales de Curuguaty, Jorge David Romero, acompañado de escaso número de policías del Deboa, haya constatado la salvaje depredación dentro del predio del área protegida. Además se ha detectado la presencia de un camión, que no se pudo incautar por una supuesta negativa policial.
Según Peña Gamba, el fuego se habría iniciado en el asentamiento ilegal y se extendió rápidamente hacia otro sector, en donde se desarrolla una cosecha de soja, distante unos 10 kilómetros aproximadamente. El miércoles pasado la comitiva fiscal-policial corroboró una nueva invasión de presuntos sintierras, que tienen la verdadera intención de arrasar con la naturaleza.
Los cargamentos de maderas, carbón vegetal y marihuana salen por cuatros lugares: la estancia Lapacho, ubicada en La Conquista (Alto Paraná); la estancia JP, ubicada en Yvyra Pytä (Canindeyú); también la zona de Aguae entre Yhü (Caaguazú) y Santa Lucía (Alto Paraná). Según los lugareños los traficantes operan en horas de la noche.
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Ni un bombero se animó a dirigirse hacia la zona, debido al temor de terminar baleados, teniendo en cuenta que los campesino estarían armados. El jefe de policía de Canindeyú Simeón Servián, no atendió nuestras llamadas ni mensajes.
