Se trata de Bernarda Benítez Brítez, de 37 años, quien estaba recluida en dicha unidad policial desde el 23 de enero por un caso de homicidio doloso. El juez Elvio Ovelar ordenó que la misma debía guardar detención preventiva por diez días, precisamente por una cuestión de humanidad, teniendo en cuenta el apego que su hijito tenía hacia ella.
En la madrugada de ayer hubo un corte de luz en la zona de Trinidad, que también afectó a la comisaría. Bernarda apeló a la sensibilidad de las oficiales de guardia a quienes aseguró que su hijo estaba llorando por el intenso calor dentro de la celda, por ello ambos fueron sacados al patio.
Pero la reclusa no dudó un instante, cuando las guardias se distrajeron por un momento, en abandonar a su bebé y corrió hasta la parte posterior, donde saltó la muralla y ganó la calle. El pequeño quedó a cargo de las uniformadas, hasta que llegaron funcionarios de la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) a intervenir en el caso.