Restos orgánicos hallados son de la paraguaya asesinada en España

El 5 enero de este año, un hombre encontró residuos biológicos en la playa de Costa Teguise, isla Lanzarote. Los recogió y puso en una bolsa de plástico y los arrojó a un contenedor de residuos sólidos cercano.

El hallazgo fue denunciado ante la Guardia Civil recién el 15 de enero, por lo que se activó el protocolo de búsqueda con un can detector de cadáveres.

Posteriormente, los despojos fueron llevados al laboratorio forense del juzgado para ser analizados, primeramente para saber si corresponden a un ser humano o animal. Luego se efectuó una prueba de ADN.

Es así que ayer se confirmó que los vestigios eran de la joven paraguaya Romina Celeste Núñez Rodríguez, quien estaba desaparecida desde el 1 de enero, según publicó el medio español Antena 3.

Más rastros biológicos

Así también, la Guardia Civil retomó la búsqueda ayer a las 15:00 en la zona de Los Alcones y culminó alrededor de las 18:30, con el hallazgo de más rastros en una zona rocosa de Costa Teguise. Efectivamente, fue en los alrededores de donde el marido de Romina, Raúl Díaz (español), declaró que arrojó el cuerpo de la ciudadana. El hombre está encarcelado desde el 16 de enero.

Al día siguiente, 17 de enero, la policía española había suspendido la búsqueda del cuerpo para centrarse en la inspección de la casa en la que convivía la pareja. Se detectó que una de las dependencias de la casa contaba con pintura nueva.

Igualmente se verificó un vehículo que alquiló Díaz entre el 2 y 6 de enero, con el que realizó un recorrido de alrededor de 1.000 kilómetros y con el que trasladó el cadáver de Romina, según los rastros detectados por los agentes. Igualmente, se revisó la oficina de Díaz.

Discusión

De acuerdo con los antecedentes, el 31 de diciembre de 2018 Romina y Raúl Díaz discutieron debido a que ella le solicitó 5.000 euros para venir a Paraguay y llevar a su hijo a España. El 1 de enero ya no se supo de ella.

Primeramente Raúl dijo que halló muerta a su esposa. Sin embargo y tras ser detenido el 13 de enero, terminó confesando que él asesinó a Romina. Además de que ocultó por varios días el cuerpo; intentó incinerarlo, pero al dañar el cadáver, tomó la decisión de arrojarlo al mar por toda la costa de Lanzarote.