La destitución más sorprendente fue la del director general de Investigación Criminal, Abel Cañete, quien fue degradado al cargo de director de Investigación de Hechos Punibles. En vez de Cañete asumió Tomás Cristaldo, quien deja la dirección general de Justicia Policial al promocionado Fidel Godoy Elli.
Este último, a su vez, fue reemplazado en la dirección de Policía de Alto Paraná por Walter Gómez. En la dirección de Policía de Guairá, donde estaba Gómez, fue nombrado Aldo Benítez.
En tanto que en la dirección Científica y Técnica, en vez de Benítez, asumió Jorge Fernández, quien duró 48 horas en la dirección donde fue reasignado Abel Cañete.
Contra el EPP
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Otra movida importante ordenada fue la de Francisco Resquín, quien dejó el departamento de Identificaciones a su camarada Saturnino Villalba para ocupar la jefatura de Inteligencia de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), por el lado de la Policía.
El cuestionado Manuel Sosa, quien fue denunciado en Alto Paraná por un subalterno por recibir de él una coima de G. 4 millones para no cambiarlo, fue promocionado como director de Bienestar Policial, en vez del Elías Gómez, quien a su vez fue degradado como jefe de la APER.
Supuestamente, los cambios obedecen a una conspiración detectada contra el comandante Rojas, orquestada por los comisarios de las remesas menos antiguas, que querrían desplazarlo del cargo. Otro de los que “pagó” por este hecho fue Inocencio Machado, degradado de director de Investigación a jefe de comisaría.