El voraz incendio que se produjo el viernes último en la principal cárcel del Paraguay provocó la muerte del jefe de seguridad, Blas Gaona Acosta (42), así como de los presos David Roberto Fraser Gamarra (37), encerrado por tráfico de armas; César Herrera Bogado (49), condenado por asalto; Francisco Javier Benítez Cristaldo (40), también por atraco; Alfredo Maciel (36), sentenciado por abuso sexual en niños; y Daniel Salinas (29), recluido por homicidio.
Sin embargo, el fuego también afectó directamente a todos los otros reos que estaban alojados en el pabellón de la tercera edad, que quedó reducido a cenizas.
Los 85 reclusos de este sector, que en su mayoría tienen más de 50 años de vida, perdieron todo, como ropas, frazadas, colchones, ventiladores, televisores y hasta el poco dinero con el que se mantenían.
Como varios de estos convictos también presentan problemas de salud, todo el pabellón fue trasladado momentáneamente al área de la sanidad.
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El director del penal, Luis Barreto, resaltó ayer que todos ya se encuentran bien y que recibieron la solidaridad de muchas personas y organizaciones, que enviaron colchones, frazadas y ropas.
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Una de las donaciones más significativas fue la que hicieron las reclusas de la cárcel del Buen Pastor, que enviaron un lote de frazadas para los internos de Tacumbú, a través de la Fundación Princesa Diana que las asiste. Los presos de la tercera edad se quedaron prácticamente con lo que tenían puesto, ya que el avance del humo evitó que pudieran sacar sus pertenencias.
Incluso, muchos de ellos lograron salir a tiempo del pabellón en llamas gracias a la heroica acción del jefe de seguridad, Blas Gaona.
Lo más peligroso ahora en Tacumbú es el posible derrumbe del área incendiada, que a su vez podría afectar a otros dos pabellones donde están alojados 100 reclusos.
