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El agente Ramírez Lezcano prestaba servicio en la subcomisaría 23ª, del barrio San Antonio de Ciudad del Este, departamento de Alto Paraná, según refieren los datos policiales, y ayer estaba de franco, que fue a pasar en Curuguaty.
Cuando llegó anoche frente a su casa y estaba maniobrando para entrar, un sicario se le acercó y a quemarropa le disparó un balazo en la cabeza, enseguida otro en el pecho y uno más impactó en uno de sus glúteos. Murió en el lugar, en su coche Toyota Caldina con chapa CAC 788.
El asesinato sucedió a solo cuatro cuadras de la comisaría local, por lo cual sus camaradas llegaron a minutos de materializarse el crimen, pero los sicarios ya habían huido y en las inmediaciones de la terminal de ómnibus habrían disparado contra otra persona.
Tomaron intervención en el caso el fiscal antidrogas Vicente Rodríguez y agentes de la División de Criminalística de la Policía.
La forma en que se cometió el homicidio tiene el sello de la mafia, dicen, que en este sector del país es muy fuerte.
Existen ya dos hipótesis sobre el motivo del homicidio: primera, tendría que ver con la incautación de unas 20 toneladas de marihuana en la zona de Katueté; segunda, una requisa de rollos de madera que habían sido sacados de la zona de Campos Morumbí. En ambos casos los grupos criminales que están en esos ilícitos perdieron gran cantidad de dinero y se presume que buscaban venganza.
Según trascendió, hace unas semanas ya habrían intentado ultimar a Osvaldo Ramírez Lezcano, pero los sicarios no lo lograron ya que estaba uniformado y tenían miedo de que tenga más apoyo policial, por lo cual desistieron de su intención.
Sin embargo, ayer esperaron al suboficial frente a su casa y le tomaron de sorpresa. No tuvo oportunidad de defenderse.