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Los camaristas Linneo Ynsfrán, Carmelo Castiglioni y Valentina Núñez rechazaron los recursos planteados por los demandados, con lo que quedó firme la sentencia dictada por el juez Arnaldo Martínez Rozzano, el 10 de agosto de 2017.
El magistrado sentenció a los demandados a pagar G. 400 millones en concepto de indemnización por daño moral a los hermanos Patricio Daniel y Carlos Miguel Florentín Aquino, por la trágica muerte de su madre, la docente Isacia Aquino viuda de Florentín. La víctima, directora de la Escuela Graduada Nº 3737 Santa Rosa de Lima, ingresó a las 11:00 en el supermercado, donde falleció por inhalación de monóxido de carbono.
El abogado Alfredo Montanaro, representante de los hermanos, precisó en la acción que la madre era el único sostén de la familia y tras su muerte, el mayor de los hermanos tuvo que dejar los estudios para asumir el rol de su hermano, entonces menor de edad.
En juicio, los demandados alegaron no tener “culpa alguna” en el siniestro y responsabilizaron a la Municipalidad, a los funcionarios municipales y al constructor Bernardo Ismachowiez.
“Después de 13 años, ahora tuvimos un voto confirmatorio. Esperemos que no vayan ya a la Corte para abrir la tercera instancia. Somos conscientes de que ahora estamos ante un largo proceso que nos va a acarrear ejecutar esa sentencia, porque sabemos que hay fondos, pero son fondos embargados que no se sabe dónde están, quiénes los están manejando y sobre todo, eventualmente quiénes ya han eventualmente cobrado de ese fondo”, acotó Montanaro.
Respecto a la excesiva dilación en primera instancia, el letrado aclaró que Martínez Rozzano dictó sentencia ni bien recibió el expediente. La causa estuvo a cago de otro juez anteriormente y tuvo varias incidencias promovidas por los demandados.
Otra sentencia condenatoria
En otra causa, el Tribunal de Apelación en lo civil y comercial, 2ª sala, ratificó un fallo que condena a Ycuá Bolaños V SA, su propietario Juan Pío Paiva, su esposa María Victoria de Paiva a indemnizar a Pedro Armando Lezcano Román en G. 411.800.000. Firman esta sentencia los camaristas María Sol Zuccolillo, Carmelo Castiglioni y Giuseppe Fossati.