Un gran basural se puede ver a lo largo de los bordes de la Costanera de Asunción. Los residuos fueron en su mayoría arrastrados por el agua de los arroyos y ahora quedaron al descubierto con la bajante del río Paraguay.
A esto se suma la presencia de familias que están viviendo de forma irregular en casas al borde del río y que desde ahí tiran kilos y kilos de basura que recolectan con camiones de otros lugares para reciclar.
La Costanera podría ser uno de los puntos más recomendados como atractivo para las aproximadamente 30.000 personas que nos visitarán en ocasión de la final de la Copa Sudamericana, a disputarse el 9 de noviembre en La Nueva Olla del Club Cerro Porteño. Sin embargo, el lugar hoy parece un vertedero y, antes que atraer, va a ahuyentar a la gente.
Mientras tanto, la Comuna tiene un gasto millonario cada año en salarios de sus más de 8.000 funcionarios. Estos son en su mayoría administrativos y muchos de ellos planilleros o pasilleros. Si el intendente Mario Ferreiro ordenara realizar una minga en la que incluya a todos los funcionarios que ni siquiera trabajan y cobran igual, podría limpiar en pocos días toda la Costanera de Asunción.
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Delito ambiental
A todo esto se suma que varias actividades, como tirar basura en los humedales y modificar con basura o escombros la corriente del agua, pueden ser consideradas delitos ambientales, pues no solo hay residuos domésticos habituales, sino también chatarras, colchones y otros enseres.