Actores sociales coinciden en que es necesario “reformar la reforma”

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La reforma educativa encarada hace 23 años es catalogada como un fracaso por gran parte de los representantes de la sociedad civil y del sector educativo. La voz unánime es que “a la reforma le urgen cambios”. El debate ahora está en qué hacer y quiénes deben encarar las reformas.

El intento de la reforma educativa del 92 fue para brindar mayor cobertura, pero en el proceso se dañó seriamente la calidad de la educación. Hugo Royg, consultor y especialista en inversión educativa, señaló que la reforma educativa no tuvo como prioridad la calidad de la educación y que se centró en brindar cobertura.

“Hoy necesitamos reformar la reforma. La educación debe ser un proceso dinámico. Paraguay no es hoy lo que fue hace 25 años. La educación y el sistema educativo tienen que estar en permanente reforma”, agregó.

La recomendación de Royg es impulsar el diálogo. “Se debe dar el diálogo entre todos los sectores priorizando lo que hay que reformar y la asignación de recursos para emprender los cambios”, dijo.

Norma López, de Juntos por la Educación, añadió que hoy se pierde el foco de la institución educativa, que es el de enseñar, para ofrecer equidad, con los kits, meriendas, almuerzos, acciones de las que se deberían ocupar otras instancias del gobierno como la Secretaría de Acción Social, el INAN o el Ministerio de la Niñez.

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Silvio Piris, titular de la Federación de Educadores del Paraguay (FEP), indicó que el mayor fracaso de la reforma educativa fue implementarla sin capacitar a los docentes. “Se puso en marcha la reforma y luego se intentó capacitar a los responsables de llevar adelante el proceso, los docentes. Hoy exigimos que primero se prepare a los docentes, en las mejores universidades y después se apliquen los cambios”, dijo.

Otro fracaso de la reforma que subraya Piris es la falta de acompañamiento de la familia, los padres, porque el sistema que se implementó tenía como objetivo que el alumno forme su aprendizaje.

“Apuntamos mucho al constructivismo y dejamos de lado el conductismo. Ahora tememos que los mismos que llevaron adelante la reforma del 92, son los que quieren implementar nuevas reformas. Queremos gente diferente que analice nuestra realidad socioeconómica, sin copiar fórmulas”, dijo.

Por su parte, el titular del Sindicato de Directores, Miguel Marecos, señaló entre los ejes centrales del fracaso de la reforma están el bajo salario docente, las improvisaciones en los reajustes de la malla curricular, la deficiente capacitación docente, el limitado tiempo escolar, la excesiva descentralización de las tomas de decisiones y la alta rotación de autoridades educativas en cada periodo presidencial, con asignaciones de funcionarios por cuoteo político, sin perfil ni idoneidad, entre otros.