“Admiro a los grandes, pero busco ser yo mismo”

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A sus 16 años se muestra muy seguro de conseguir excelencia a nivel deportivo. Matheo Mateos, el representante paraguayo, logró la marca B y quedó habilitado para el Mundial Junior de Natación, a llevarse a cabo en agosto próximo en Indiana, EE.UU. Nos habla de su vida y de sus sueños.

Matheo ya se alista para viajar en pocas semanas a Cali, Colombia, donde entrenará duro durante un mes antes de regresar para partir nuevamente. Estará listo para la 6º edición del Mundial Junior de Natación —de la Federación Internacional de Natación (FINA)—, a llevarse a cabo en Indiana, EE. UU., del 23 al 28 de agosto próximo. Nuestro atlético representante, con sus 1.87 metros de altura y 77 kilos, competirá en la categoría varonil para jóvenes entre 15 y 18 años. “Empecé a nadar por prescripción médica a los 6 años —recuerda—, no me entusiasmaba, pero me hice amigos y entonces me gustó”. Desde entonces Matheo ha participado y conquistado medallas y récords a nivel nacional e internacional. Por nombrar algunas, en el 2015: mejor nadador rankeado en categoría juvenil A del Plantel Principal de la Selección Nacional de Natación; Medalla de Bronce en el Sudamericano Juvenil de Natación, Lima, Perú; Medalla de Bronce en la Copa Pacífico Internacional, Palmira, Colombia. Participó además en los 5th FINA World Junior Championships, en Singapur. En el 2016, obtuvo la Medalla de Oro, la Medalla de Bronce y el Récord del Campeonato en Torneo Internacional Promesa del Cono Sur de Maldonado, Uruguay. También ganó dos Medallas de Plata en la XXV Copa Latina de Natación en Cali, Colombia.

Matheo nació en Asunción, tiene una hermana, Fiorella (11), quien es su principal admiradora. “Me copia, ella también nada”, dice. Vive con sus padres quienes lo apoyan en todo. El joven deportista cursa el 2do. año del Bachiller Técnico en Contabilidad, en el Monseñor Lasagna. Su vida transcurre entre la familia, el colegio y el deporte, aunque también hace tiempo para compartir con sus amigos, casi todos de la natación. Se siente privilegiado —es el único juvenil becado— y agradece a las instituciones que hacen posible su ascendente carrera: el Comité Olímpico Paraguayo, la Secretaría Nacional de Deportes y la Federación Paraguaya de Deportes Acuáticos. Aprovecha para subrayar que ojalá las empresas privadas sumen más colaboración y confianza en los deportistas. “Hoy día siento que oficialmente nos dan más apoyo y que está todo más organizado”, asegura. Por supuesto que le gustaría perfeccionarse afuera, en EE. UU. precisamente. Como todo nadador admira a Michael Phelps pero busca ser él mismo. También nombra a sus entrenadores paraguayos Renato Prono, Benjamin Hockin, y no olvida a los extranjeros, a quienes califica de ‘monstruos’, “no son famosos, pero son unos grandes”.

-Entraste en el mundo de la competición, la superación, la fama. Y del dinero.

Sí, el dinero es muy importante porque es necesario, pero yo no nado para ganar dinero. Lo hago porque me divierte.

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-Eso suena a que te resulta fácil.

No lo es. Ser un campeón es un objetivo a largo plazo, eso lo tengo incorporado. Soy muy serio en mi enfoque. Estoy pensando en Tokio 2020. Tengo mucho por aprender y trabajar.

-Tenés buen porte y no dudo que muchas admiradoras.

Tengo admiradoras, sí. Tuve una novia, era nadadora. Pero ahora estoy plenamente concentrado en mis metas deportivas.

-¿Qué pensás seguir a nivel universitario?

-No sé todavía. Las materias que más gustan son Matemática, Física, Ciencias.

-¿Cómo es tu semana laboral?

Me levanto a las 6:00, desayuno y voy al colegio hasta las 13:30. Regreso, almuerzo, duermo siesta hasta las 3:00. De 4:00 a 7:30 voy a entrenar. Regreso cansado ¡y muerto de hambre! Mi abuela Celia me espera con la comida y para charlar sobre cómo me fue. Mi comida preferida es la pasta.

-Una bendición tener tan cerca a la familia, ¿qué heredaste de tus padres?

De mi papá (Gustavo) la frialdad para entrenar y competir. Mi mamá es mi manager. (Gladys nos murmura: “A veces no le gusta que yo esté siempre con él, pero ¿quién si no estaría en cada detalle?”).

-¿Cómo te sentís a los 16 años con este compromiso y deseos de llegar a la cima?

Me siento muy maduro, el deporte me enseñó a tomar decisiones desde niño, y en esta etapa adolescente tantas renuncias y sacrificios por el deporte. No bebo alcohol ni voy a fiestas, tengo una dieta estricta.

-¿Qué significa nadar para vos?

Nadar para mí es demostrar lo que sé hacer. Mucha adrenalina, sin dudas. Nado cuando estoy bien y cuando estoy triste; triste si no logro los resultados para los que entrené duro, pero sé que los errores son para aprender y superarme.

-¿En qué pensamiento a compartir desembocan tus reflexiones?

Que no existen límites: la capacidad está en uno mismo y en el trabajo que uno se impone para cumplir los sueños.

-¿Cómo te sentís para el próximo desafío en EE. UU.?

Me estoy preparando con una expectativa muy grande y con mucha confianza, esperando poder dejar en alto la natación paraguaya. Voy a pelear un lugar entre los mejores del mundo.

lperalta@abc.com.py