Amor incondicional

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El amor maternal es único, aunque hoy día la vida familiar ha cambiado. Aquella madre siempre en la casa, que mimaba a toda hora, que llenaba por completo las necesidades de todos, comparte ahora el poder con la madre que trabaja afuera y maneja tiempos diferentes.

¿Ha cambiado el amor maternal? ¿qué sienten las madres que no están las 24 horas al día en su casa? ¿era mejor cuando mamá no salía a trabajar fuera? Muchas preguntas que las mujeres no se hacen o si se las formulan, tantas se sienten culpables. “Definitivamente hoy se sigue otro modelo de madre porque antes no había dudas sobre los roles de ella, hablamos de no tantos años atrás. Nadie dudaba de que una mamá debía quedarse en casa. Todo fue cambiando y también las expectativas sobre la mujer: tiene que tener un trabajo, una carrera, ser linda. Cosas que no solo se las exige la sociedad sino ella misma se las autoexige para sentirse exitosa”, dice la Dra. en psicología Susana Vázquez. Esta nueva construcción femenina, paga sin dudas algún precio, menos tiempo para estar con sus hijos, menos mimos, abrazos, besos. “Muchas veces el cansancio, el estrés, provoca mujeres irascibles, exhaustas, estresadas, no tienen ganas de nada, solo descansar. Hay casos en los que otra persona cumple el rol maternal, puede ser la empleada o la abuela. Pero en general, las madres tienen que ser malabaristas para conciliar con todos”.

–Mamás y estrés están muy unidos.

–Las mamás terminan explotando por estrés. Muchas buscan ayuda profesional. Es que algunas madres son tan responsables que quieren hacer todo, son perfeccionistas y acaban enfermándose. A veces creen que solo ellas pueden hacer bien las cosas y no es así, hay que distribuir las tareas y responsabilidades. Yo, como psicóloga, les hago tomar conciencia de la administración y delegación de tiempo para los hijos.

–Tal como hay madres que colapsan, hay otras que todo lo soportan o resisten, se las ve saludables y felices.

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–Hay madres para cada tipo de familia, está el caso de las madres de familias ensambladas, madres que crían hijos, hijastros, sobrinos, nietos, etc. y están sanas, son corazones bendecidos. Pero lo que tenemos que entender es que así como antes teníamos un modelo de madre, hoy tenemos otro con sus características.

Amorosamente desde el cansancio

Para la psicóloga Sandra Basili, cada madre ama de la manera que sabe. “Cuando alguien dice: ‘¡cómo ama esa mamá, cómo acompaña en todo a su hijo, no lo abandona”, está hablando de una mamá, pero hoy las madres somos además esposas, amigas, deportistas, profesionales, somos mujeres, somos equilibristas. La mamá hoy tiene que hacer un compendio de todo lo que hace y, desde ahí encontrar su manera de amar. La mamá actual tiene que amar amorosamente desde su cansancio; llega a casa y no tiene energía para hacer las tareas con sus niños, jugar o armar un rompecabezas, y al no poder, surge la culpa”.

–¿Cómo asegurarnos que nuestro amor de madre llega y se valora?

–De todo, lo más importante es el amor mismo, pero tiene que ser redireccionado. Por ejemplo si llego cansada a casa, necesito unos minutos para mí, para descansar un poco y después estar plenamente con mis hijos, y no llegar, dejar la cartera y ponerme a atenderlos, eso me va cargando cada día y así voy a sentir que el amor pesa. Tengo que parar, reorganizarme interiormente. No puedo trabajar el 80% y el 20% ser mamá. En realidad, la prioridad para una mujer son sus hijos, pero tengo que ser una mamá que dé este mensaje a mi hijo: puedo darte amor sin necesidad de renunciar al resto de mi vida. A todos los niños les gusta ver que su mamá se cuida, que está feliz. Finalmente, si uno pudiera encontrar un equilibrio entre el tipo de madre que quiero ser y qué tipo de madre necesita mi hijo, si pudiéramos encontrar un punto medio entre las dos cosas, sería lo mejor, porque ni dejaría de ser yo misma, ni renunciaría al afán de ser madre.

lperalta@abc.com.py