Cientos de asegurados deben pasar la noche tanto en el hospital de Trinidad como en las clínicas periféricas para acceder a tempranas horas a consultas con los médicos especialistas, a la espera de recetas para retirar medicamentos.
A pesar del sacrificio que significa amanecer en los pasillos y esperar varias horas, muchos se retiran con las manos vacías. La llegada tardía del doctor o la ausencia por vacaciones o su participación en un congreso médico son los motivos frecuentes según comentaron los pacientes a ABC.
Turnos caídos
En las áreas donde más sufren los asegurados son traumatología, cardiología y neurología. Conseguir un turno requiere paciencia, primero en el call center, donde se reserva turno y luego en la entrega del número. Por especialista se entregan 10 a 12 por día. Varios van a la pesca de los llamados turnos caídos, es decir gente que no asistió a su reserva. Los que logran consultar, por lo general, tienen problemas en acceder a los fármacos recetados.
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“Es mucho sacrificio”
Alejandrina Fernández (63) fue hasta la Clínica 12 de Junio para consultar con un traumatólogo. “Llegué a las 20:00 del lunes para que me toque uno de los primeros lugares. Los números se comenzaron a entregar hoy (por ayer) a las 05:00 de la madrugada y a las 06:00 comienzan a agendar”, señaló. Agregó que no usa el call center porque los turnos que dan por ese sistema son para 30 a 40 días después. “Prefiero venir a pasar la noche. Es muy sacrificado, pero es más efectivo y rápido”, aseguró. Cuando se le consultó si alguna vez esperó varias horas y finalmente el médico esperado no apareció, Fernández señaló que una vez le ocurrió. “Hace casi un año vine y al amanecer me dijeron que el especialista estaba de reposo y no había sustituto. Ahora llamo antes y luego vengo”, dijo.
“No dan remedios”
Saturnino González (55) fue ayer hasta el Hospital Central para consultar con un cardiólogo. “Conseguí la consulta por call center para el primer turno (de 7:00 a 10:00 de la mañana). Igual venimos de madrugada para que nos den los números. A mí me tocó el número 12, el último, pero porque me hice el mbarete. La secretaria me quiso pasar para el segundo turno (de 10:00 a 13:00) porque dijo que hubo un error del sistema. Esto me puso nervioso, pero después me tranquilicé porque soy cardiaco. Mi señora le explicó a la señorita que yo debía ir al trabajo; finalmente puede entrar”, comentó González. Agregó que salió con su receta con 12 medicamentos para el mes, pero cuando fue a la farmacia solo había 4 de los fármacos. “El resto voy a tener que comprarlos”, lamentó.
