SAN LORENZO (Antonia Delvalle C., corresponsal). El coordinador de la Confederación de Pescadores, Carmelo Luján, informó que ayer trajeron unos 7.000 kilos de pescados frescos como dorado (G. 35.000), boga (G. 20.000), surubí (G. 35.000), pacú (G. 28.000), salmón, bagre (G. 15.000), armado (G. 10.000), sábalo (G. 10.000). La feria se desarrolló en la céntrica plaza Marcelina Insfrán, desde las 7:00 hasta pasado el mediodía.
Comentó que hace tres meses, el sábado 3 de noviembre, habían tenido la feria en la Costanera de Asunción, donde vendieron en media hora 3.000 kilos. “Los 5.000 que habíamos traído nos faltó todo, y por eso queríamos volver a hacer, pero no conseguimos permiso, y el concejal sanlorenzano Lilo Domínguez, un amigo nuestro, nos ayudó para hacer acá”, dijo.
Comentó que si bien fue más lenta la venta, no pueden quejarse y que esperan siempre el apoyo de autoridades, como de Yacyretá, que proveyó de un camión refrigerado y un minibús para traerlos desde Ayolas. Afirmó que la Confederación de Pescadores reúne a un total de 994 familias socias, distribuidas en 17 comités.
Explicó que vinieron los presidentes de cada organización, 17 en total, y que darán a cada uno de sus socios íntegramente el dinero que les corresponde por las ventas, sin descuentos. Explicó, por ejemplo, que el mandi’i ellos venden en Ayolas a G. 3.000 el kilo y en las ferias a G. 15.000, que es el precio de mercado, y que es en este último precio que multiplicado por el kilo que cada uno aportó es lo que recibirán.
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Señaló que llegar hasta la mesa del consumidor, sin intermediarios, es una buena opción para que los pescadores también puedan mejorar su condición de vida. Las mujeres ofertaron milanesa y empanada de pescado que fritaron en el sitio.
La segunda salida de Ayolas
El pasado 3 de noviembre, los pescadores de Ayolas ya habían venido a ofrecer varias especies, ubicándose en la Costanera de Asunción. En ese entonces trajeron 5.000 kilos de pescado, entre dorado, surubí, boga, mandi’i, moncholo y pacú. Bastó una hora para que se instalaran los cartelitos de “stock agotado” en los diferentes puestos de venta. La gente prácticamente había copado el sitio para alzarse con los mejores ejemplares.
