Bandadas de aves quedaron sin hábitat y se refugiaron en árboles de un barrio

Centenares de garzas eligieron el barrio Virgen de la Asunción como refugio al quedar desplazadas de su hábitat natural por obras de la Costanera II, según creen los vecinos. Los pobladores sufren las consecuencias de tenerlas en sus patios.

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Un grupo de garzas se posan en un árbol y otras tantas en las copas del barrio Virgen de la Asunción adonde llegaron despavoridas luego de haber perdido su hábitat. Los vecinos dicen que las aves aparecieron tras las obras que se llevan a cabo en la Costanera Norte.

La llegada ocasionó un gran impacto a la comunidad ya que en sus patios amanecen pescados muertos, se tiene una “lluvia” de materia fecal todos los días, además de huevos e incluso pichones muertos. A esto se suma el barullo característico que producen.

Incluso, el barrio vive en debate sobre la presencia de las especies, ya que algunos se presentan como defensores y otros expresan su hartazgo ante la situación.

La vecina Navila Ibarra llamó ayer a nuestro diario a denunciar la poda irregular de uno de los árboles lo que había asustado a las aves y ha generado la pérdida de varios nidos. La poda que se realizó sin permiso municipal correspondiente fue en la iglesia evangélica ubicada en Tte. Benítez casi Capitán Lombardo.

“Es inusual”

Tras las denuncias, llegaron al sitio agentes del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES). “Es inusual que estén acá las aves, vamos a tener que hacer un estudio científico. Generalmente se apuestan en los arroyos o los esterales”, comentó Julio Mareco, director de Fiscalización de la institución. Dijo que existe la posibilidad de trasladarlas a puntos naturales en donde estarán más cómodas y sin peligro.

Informó que son nativas y que se llaman “garzas brujas”. Su nombre científico es Nycticorax nycticorax.

En cuanto a la irregular poda, manifestó que es competencia de la Municipalidad asuncena, pero que ellos cumplieron en informar que no pueden realizarla sin permiso.

Por su parte, el encargado de la iglesia, quien no se identificó, explicó que no está en contra de las aves y que solo quería realizar una poda al árbol. Mostró la cantidad de huevos, garzas muertas y pescados que se acumulan en el jardín.

Asimismo, otros vecinos se acercaron a manifestar su experiencia negativa con los animales que no los dejan dormir, ensucian sus autos y los techos de sus casas. “Se posan en los cables, explotan y se mueren. Y nosotros nos quedamos sin electricidad por varios días”, relató el vecino Carlos Ayala. “Ya no tienen dónde ir a posar. Acá vienen a procrearse”, dijo, a su vez, Navila Ibarra.

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