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En principio, la toma fue realizada con la intención de frenar los comicios para elegir al presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas, dependiente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, porque denunciaron que “estuvo plagado de irregularidades”. Estudiantes enfatizaron que las condiciones en las que se llevó a cabo el sufragio en la vereda de la institución –debido a la ocupación– es nulo y aseguran que van a resistir hasta que sea impugnado.
Añaden que estos planteamientos de transparencia fueron respondidos por los de Derecho, que repudian la toma, “con un altísimo grado de violencia”, expresada con el objetivo claro de “entrar a matarnos arrojando en el predio de la institución bombas caseras”, enfatizó la estudiante Liz Rodríguez.
Ante este escenario, los estudiantes de la escuela proponen que se conforme una mesa de trabajo con el rector de la UNA Abel Bernal, el decano de Derecho Raúl Torres Kirmser, el Consejo Superior Universitario, docentes, egresados, estudiantes, la ministra de Hacienda, entre otros. Plantean la desanexión de la Facultad de Derecho y la creación de la Facultad de Ciencias Sociales (Facso). “Este es el único camino para resolver la crisis que aqueja a la escuela desde su apertura e impide el desarrollo de nuestras disciplinas”, dicen.