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“Recuerdo que teníamos doble turno, de mañana y tarde, y no la cantidad de asignaturas que hoy tienen los jóvenes; solo las más importantes, entre ellas una que desapareció del currículum actual: Educación Cívica y Moral, con la que aprendimos qué es una sociedad, qué es un Estado, la Constitución, el sufragio, el matrimonio civil, religioso, sucesión, entre otros. Hoy la mayoría de los jóvenes no sabe nada sobre estos temas”, señaló Hernán Casco.
Casco Pagano agregó que sería importante reducir la cantidad de materias que se abordan superficialmente (más de 20 por curso) y limitarse a las materias viscerales de la educación, con profundidad, además de volver a incluir la Educación Cívica para el desenvolvimiento de los jóvenes como integrantes de la sociedad.
Bromas vs. bullying
Hugo Frutos dijo que existían algunas burlas hacia otros compañeros pero sin maldad, como ocurre hoy con la problemática del bullying. “Le decíamos ‘Ser’ al que no se quería acoplar al grupo, en alusión a un ser de otro mundo, más en el sentido bromista que para causar un daño”, explicó.
“A veces habían desafíos de ‘socos’ (pelea de puños una a uno) a la salida, pero todo terminaba allí sin rencores”, agregó Arréllaga.
La clave para evitar la violencia y el bullying entre los jóvenes está en los valores que inculca la familia, coincidieron los cuatro excompañeros. “Actualmente la disciplina en los colegios es muy liviana. En nuestros tiempos las sanciones que recibíamos en el colegio eran inapelables y los padres se inmiscuían poco, hoy los padres son muy permisivos y no aceptan que se discipline a sus hijos”, refirió Frutos.