Con capacidad para 50 alumnos cada una, la escuela precisa como mínimo de cinco carpas, ya que en cada turno, mañana y tarde, asisten más de 270 alumnos.
Ante la falta de espacio, los docentes y alumnos se trasladaron a los corredores del Congreso, que son utilizados como aulas y comedor. El director de la escuela, Juan Carlos Pérez, indicó que también utilizan los corredores cuando llueve y cuando hace mucho calor, ya que son amplios y aportan un “ambiente más propicio para el aprendizaje”, dijo.
Actualmente varios grados comparten los espacios, y no hay dificultades debido a que están en una etapa inicial y de socialización, más adelante ya necesitarán estar separados para el desarrollo de las materias correspondientes de grado.
Pérez indicó que tanto el MEC como las autoridades del Congreso “les están dando un trato privilegiado”. Sin embargo, la necesidad de espacios apropiados es latetente. “Para cuando venga el frío estamos analizando otras soluciones”.
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En otras instituciones de acogida se vio un panorama distinto. En el Colegio Naciones Unidas, por ejemplo, no están diferenciados los alumnos de las tres escuelas que iban a desarrollar allí sus actividades, según el MEC. Más de 200 alumnos nuevos se integraron a la institución, pero como alumnos regulares, por lo que se desconoce a qué instituciones pertenecían y si todos los estudiantes de las escuelas Clara Irma Piacentini, Santa Ana y San Miguel de Fe y Alegría están matriculados.