“Eso de que la embarazada debe comer de todo y sin restricciones, no es cierto. La mala alimentación de una embarazada podría impedir el desarrollo conductual y cognitivo de su hijo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva del mismo, que a su vez terminaría debilitando su futura productividad laboral. Por esta razón, la gestante debe cumplir con las cinco comidas del día: desayuno, mediamañana, almuerzo, merienda y cena, momentos en que debe consumir todos los grupos de alimentos”, dijo la especialista.
Agregó que se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, ya que son ricas en fibras.
